Esa familia
unos caníbales
se arrojan colmillos
se devoran
entre ellos
mientras duermen
o andan distraídos
Escriben en su piel un lenguaje infame
un festín de nervios estalla
en
los
ojos
rígidos de esos engendros
tan particulares
Los vecinos
no sospechan
de esta antrofagia familiera
“gente tranquila, nunca se los ve por la calle”
“son raros, pero hace tanto que viven en el barrio”
En el fondo de la casa
esconden
un monstruo
lo alimentan
con moscas y ortigas
El mar lo tuvieron tan lejos
nunca pudieron acercar poemas al sol,
sin embargo
no podrán seguir
en esa tesitura
serán invadidos por conejos
y mariposas
verán remolinos y no podrán escapar.
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1 comentario:
Me gusta. Se adivina una fiera dentro...
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