25 julio 2009

Ora Diatriba, ora Parábola, ora Parábola de una Diatriba

-Cuéntame, niño.

-¡Oh Selene! Mi centolla vida... ¿Cuándo me daré cuenta a qué estoy destinado? ¿seré por el resto de mis días filántropo o tal vez misántropo? ¿alotrópico acaso? ¿seré lozano o seré mustio? Lo seguro es que seré cadáver algún día y fui nada. Y ahora soy... ¿qué soy pues? ¿Acaso un filibustero patán, engreído, justificador de lo injustificable? ¿Seré acaso actor, por lo que estoy obligado a llevar sobre mí un disfraz verde y rojo, que oculta lo que en verdad soy, que no me deja averiguar lo que en verdad soy? ¡Odio es lo que se merece este disfraz, si es que me hace confundir con el resto! ¿Y mi micropathos? ¿Qué sucede con él cuando debe ocultarse bajo este disfraz, tan parecido a un cadáver?...

-No estás disfrazado, eres tú, tú decides si es disfraz o realidad lo que te envuelve, entiéndelo.

-¿Y hoy? ¿Qué soy hoy? ¡Contestame hermosa, sidérea Selene! Transfórmate en espejo, dime que soy, conviértete en escudo y cúbreme de mí mismo, cúbreme de esas figuras noctámbulas que me entierran en sueños horrorosos cada noche... Y enséñame, por fin, que no todo es respuesta, que no todo se contesta, que no todo es inteligible... ¡Oh, hermosa Selene! Dime, por favor, qué es vivir, enséñame a vivir.

-No se enseña, se aprende, entiende eso... Y no dejes, por favor, de mirarme con tu semblante irónica pero enfermiza, risueña pero dolorida; yo estoy aquí para reírme contigo y de tus bromas, estoy aquí porque debes estoy para mostrarte cómo eres, recuerda que nos vemos en el rostro del otro, recuerda que te muestro tu rostro, tus lágrimas, tus risas, tú mismo,hoy seré tu espejo, para que te entiendas, y mañana, tú serás el mío.

-¿Qué hago para agradarle, hermosa Selene? Dime, por favor, dime...

-Nadie puede responderte eso, eso tú lo dirás, lo harás, cuando quieras, cuando debas, cuando puedas. Vé y ábrete ante ti mismo, cuando estés listo, si ella está lista, será el momento indicado, niño. Mientras tanto, no intentes plegar al tiempo en forma de lienzo para saltar de este momento al momento indicado, no es la manera...

-Instante... instante... Momento. Ya no tengo noción del tiempo, o mejor dicho, de la medición común del tiempo. Siento que existo en otro tiempo, y cada tanto, cuando ya no puedo respirar, salgo al tiempo normal... ¡El tiempo! Ese ente transfigurado, indeterminado, transparente, como las olas del mar que avanzan irrumpiendo en la arena. ¡El tiempo! El cual en plena pleamar de mi vida irrumpe azotando todo, llevándose consigo los restos de lo que me queda, como esas olas... esas olas del mar... esas olas que se llevan todo...

- Ahora cuéntame de tus sueños horrorosos que te atormentan en las desapacibles noches tuyas, niño. Ahora sólo tengo oídos para ti

-Esas sombras, esos diálogos, esas figuras inertes, esas máscaras, esos gritos... Todo me lastima, Selene mía. El último sueño, el único sueño que me persigue siempre; mi voz alzada ronca frases, lanza arcadas y provoca náuseas a la otra voz, quien apenas oigo responderme... El sueño empieza así:

-¡Ya no más, bebé! Quieres hacerme sentir culpable, necesitas a alguien para destruir...
-...¡No! lo nuestro era interminable...
-¡Necesito ver, pues!
-...No sé como hacer...
-Para aburrirme prefiero sufrir... para venderme prefiero morir...
-...Yo sólo quiero ser con vos...
-Tal vez te despiertes una mañana y te des cuenta de todo...
-...Yo sé que no fui amable...
-¡Yo ahora soy feliz!
-...Yo quería que alguien piense en mí...
-Eres inestable...
-...Te hice reír...
-No tengo nada que hacer, nada que ver aquí
-...Yo sé que soy culpable...
-¡Yo ahora soy feliz!
-...Quería que alguien piense en mí...
-Entonces estás bien, muchos piensan en ti...
-...Tú ya no lo haces...”

-¿Es que no lo ves? Repíteme ese mismo diálogo onírico, pero dime sólo lo que tu dice tu voz, sin la respuesta de la otra voz.

-¡No! Lo nuestro era interminable; no sé cómo hacer; yo sólo quiero ser con vos; yo sé que no fui amable; yo quería que alguien piense en mí; te hice reír; yo sé que soy culpable; quería que alguien piense en mí; tú ya no lo haces.

-¿Es que no lo ves? Tu voz sólo habla; aunque le responde otra voz, no le hace caso, tu voz no escucha nada más que lo que dices tú...

-Me olvido de todo, me voy, ya no me hago el muerto;
ya no es necesario, mi cuerpo ya se parece bastante a un cadáver;
me dejo, me lastimo;
me voy, me aburrí de todos ustedes;
miro la tenue luz que me despega de mis cabales y me saca de quicio;
pero no es la luz, soy yo, soy yo el problema de todo;
me voy, me disfrazo de poema, para hablarle a nadie desde lejos;
y no parecer un demente parlante mudo;
me desprendo de mis raíces artificiales;
me alejo de vos, de vos, de vos, de vos, de ellos, de ustedes, me voy, adiós.



http://manosdemarfil.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

seas quien seas, te odio.
por qué yo escribo y escribo y las cosas no me salen asi de bien?
me encantó

Anónimo dijo...

Veo que ha cosechado primaveras en el arduo invierno! Es como una elipse ora pro nobis, ora pro nobis!
Un placer que divague por estos lares!
Espero vernos pronto camarada! Abrazo proletario!