30 enero 2011

Las pequeñas cosas

Una hoja que cae del árbol en otoño;
Un niño que le da un pájaro de papel a su mamá;
Dos personas que se besan en plena avenida;
Una señora que le da de comer a las palomas;
La gente que espera el colectivo;
Una mujer que recuerda algo y sonríe;
Un hombre que fuma un cigarro tratando de olvidar;
Un señor que abre su verdulería bien temprano;
Esa plaza donde uno recuerda viejos momentos;
Alguien que canta, alguien que baila,
Alguien que toca un instrumento en la calle;
El sentir el viento tocando la piel;
Un papel que cae de la mano de alguien.

Esas son las pequeñas cosas que me uno ve día a día;
Tal vez para el ojo humano son tan pequeñas
Que uno las pasa de largo, sin siquiera mirar un poco
Todo aquello que nos rodea.
  
 
 
 

20 enero 2011

A Néstor Kirchner

A esta hora el viento se ha levantado un poco más.

El hombre está muerto.

Su fría materia es despojo del tiempo,

La calle ruge como una serpiente de fuego herida por un puñal…

El espíritu se enreda en las voces omisas de la popular arteria…

A estas horas el tiempo ya ha transcurrido en nuestras memorias.


El hombre está muerto,

Muy adentro, una compasión personal aborrece de mi cobardía...

Que él no hubiera perdonado.

Y un algo que podría decir y no dijo,


Tiene perseverancia de música en la desesperación.

Ya hace algún frío remoto

Y hay muchas almas desnuda en esta plaza huérfana.

Fumo, no muy lejos,

Y quiero caminar, aunque él este muerto.

El Hombre Araña

Spiderman está re contento
el vestido (blanco) de su mamá
ya le entra

bajó ochenta kilos
hace terapia
no fuma
no tiene pesadillas

pero el muy snob
no quiere
que lo nombren en castellano
no queda bien

ahora Spiderman se cuelga
no invita a Mary Jane
a la boda de sus padres

y se levanta a las doce
ni siquiera saca la basura
se deja las uñas largas
y araña.

16 enero 2011

Aún así

No está perdido. Ese paraíso anhelado no está a la vuelta de la esquina, ni se esfumó en el instante previo a recuperarlo. Es, ni más ni menos, que un cúmulo de ideas; así, sencillo y contundente, pero nefasto para nuestras ansias de volver al Edén atemporal al que todos tenemos derecho. En el transcurso de tan fútil empresa caemos en la vorágine del desprecio por la esencia y la lógica de lo que somos y de lo que hacemos por no serlo. Estamos.


Un poco más allá. Lejos. Tanto como el reflejo que devuelve la imagen que observa sin mirar, sólo viendo. No hay compañías, ni deslumbres. Soledad, vacío que aterra no por aterrador sino por la cobardía que nos empuja, y en la que nos dejamos arrasar, para respirar artificialmente.


La boca seca, las palabras húmedas. Los labios a la espera, expectantes. Sublimes.


Paisajes que recuerdo aún no transitándolos. Caricias que no han sido ni serán, cargadas de eléctrica ternura. Atmósferas repletas de colores indefinidos, de fragancias repletas, con sonidos inaudibles, letanías. Lontananza.

La oigo, y pretendo escucharla. Carezco de intuición para sentirla en su ausencia, descifrándola con métodos superfluos, mecánicos, autómatas. Cuánto más queda? Qué menos resta? Caminamos por un sendero no trazado, a oscuras y con los ojos vendados.


Dulce abismo del final.

Sinapsis

Morir es una palabra miope. Ya que no ve bien, o mejor digamos, no expresa bien. Morir… ¿de qué? ¿De adentro hacia fuera? Es decir, estando muerto mientras se vive… ¿o de afuera hacia adentro?... Estando vivo… ¿cuando se muere?

11 enero 2011

Hotel Chelsea (de Berni - Versión)

Márgenes, un cuento de navidad

Lengua de pollo, pata de vaca, costillas de toro y cuernos de cerdo
En la mesa navideña, una colorida variedad de órganos rebanados.
Falsa nieve, villancicos, fuegos y petardos que inquietan a los perros.

Entre muchas felicidades se levanta mi tristeza,
se sube a la tabla sin mantel y me dice gritando:
¡Vamos! ¡A apurarse que es hora de comer!,
Me agarra por el brazo y nos subimos a un trineo de lobos
que remonta por encima de las grandes telarañas,
y llegamos a la mesa de nuestros verdaderos amigos:
Cómo, Cuando, Dónde y Por qué.

¡Cuidado con la araña! Hay que taparse la nariz.
Por si las moscas, si, por las moscas enredadas en formato digital.
O formateadas, ¿Estamos atrapados?
Quizás rebanados, o quizás somos solamente otras moscas,
chupadoras de sangre y ponedoras de huevos.

Cuando el mundo se vuelve aburrido, y los días se repiten
como quien pasea por una celda, ¡Dios!
¿Cuánto vamos a tardar en pulverizarnos entre barrotes?
Cárceles decoradas, grilletes de oro y una hamaca mecida por dos ángeles
que nos dan uvas y cerezas. Una brisa fresca, el verano, la juventud, hermosa,
¡Hermosa celda ambientada por artistas!

Cada ADN tiene la propia carga de hacer,
hacer y fracasar, y morir y renacer para seguir fracasando.
Hasta que el ADN se vuelva DNA, o NAD, o MDMA o cualquier cosa,
de modo que estamos metidos en ese proceso, y nadie puede comprar una catapulta.

No nacimos para una vida tranquila,
ni para responder a otras moscas.
Esta es una enorme fiesta de disfraces,
¡Variedad! ¡Crisol de razas! ¡Máscaras para todos!
Pero algunos ebrios, están cansados
porque mantener el disfraz es aburrido, caro, repugnante.
Aquí no se toleran los desnudos, excepto sobre el escenario,
donde puede uno ser estéticamente libre.
Poesía, música, teatro, ¡Si solamente pudiéramos quedarnos en silencio!

No hay nada mágico en estas palabras, y si tienen belleza no es mi responsabilidad,
y si son feas, tampoco importa, y si dicen la verdad, tampoco.
Yo no soy amigo del sueño y no vengo a hacer propaganda.
Ni siquiera de mi mismo: soy tan miserable como todos.

Pero si preguntan quién soy, o mejor aún, quienes son ustedes,
ahora que estamos sobrevolando la órbita con un globo,
y los lobos del trineo se detuvieron para aullar a la luna,
puedo decir que dudé mucho antes de venir, y que sigo dudando
cada mañana, cuando los ojos se me abren por alguna razón.

Cuando era un niño y no alcanzaba el interruptor de luz,
me parecía que el mundo era muy extraño y sentía que en cualquier momento caería el telón, los actores dejarían sus roles y la función se acabaría.
Pero eso no pasó nunca.

Me frustré intentando comunicarme con personajes.
Y al ver que nadie reconocía las máscaras, me sentí loco y deshumano.
¡Irreal! Llegué a pensar incluso que era un holograma.
En verdad, todavía tengo mis dudas.

Me la pasaba preguntando
¿A dónde va el día cuando es de noche?
¿A donde va la noche? ¿A donde nos vamos nosotros al dormir?
¿Y por qué volvemos cada mañana, y a donde?

Vivía acosado por la sensación de ser un holograma,
y no quería repetir la historia de tantos.
Seguro, religioso, jubilado, ahorrativo, fantasma, momia y cadáver.
Para ver el futuro, visite un geriátrico.

Me fugué corriendo del pelotón de fusilamiento
¡La gente, la gente, la gente!
Con todos mis sentidos huí, con todos, excepto el sentido común.

Un día me desperté en la playa bajo el sol,
y cuando vi mis brazos y mi piel, había manchas extrañas.
Enormes granos oscuros en todo mi cuerpo:
Me había convertido en leproso.

¡Soy ahora un infecto!
¡Mi cuerpo se cae y asusto a los niños!
Mis dudas me trajeron hasta aquí, y vivo recluido en el leprosario:
el único lugar donde quiero estar.

A veces es extraña nuestra situación.
Los leprosos sabemos que no nos queda mucho tiempo.
Todo lo podemos perder.
Cada parte de nuestro cuerpo es efímera, así como cada día,
como cada valioso momento que llegamos a completar.
La enfermedad nos despierta a nuestra verdadera naturaleza.
Y no puedo quejarme, nunca fui tan feliz.

Mientras el globo sobrevuela y se desinfla,
mientras la araña junta sus patas, mientras Papá Noel estaciona sus renos
y aún quedan algunos petardos cayendo sobre la luna,
nosotros, los fallados. Borrachos, incompletos,
con lo que queda nos aliviamos,
porque nos faltan partes, estamos rotos.
Algunos cantan, bailan, aúllan o brindan o comen o gritan.
Los necesito,
porque ellos tienen los pedazos que un día pueden faltarme.

En cuanto a mí, prefiero deshacerme en este momento.
Si voy a desaparecer que sea entre letras, palabras,
que me lleve el viento. Y ahora ¡Adiós!

Pero antes, propongo un brindis:
¡Por los leprosos!
¡Salud y feliz navidad para todos!

life during wartime

saltaré de un barco
a eso de las diez de la noche:
tendré una linterna en el bolsillo
y un espejo en la boca.
alumbraré a los suicidas que se encuentran en el fondo del mar,
los salvaré de la eterna discordia
de lo sórdido de su decisión.
los llevaré muy abajo
dónde ellos no puedan volver a pensar
siquiera recordar
por qué están ahí


http://www.ilusionelectrica.blogspot.com

06 enero 2011

Reinvención de un sismo

vamos a invencionar y ser la nueva sismografía
los nuevos te erizo la piel
los novísimos brillos del éter
los nuevos contradigmas
predispuestos al magma
vestidos de estamos todos
accionados desde me llamo múltiple
y en lo más hondo
de nuestras entrometidas repúblicas
revertiremos las mejillas heridas al compás del me callo me callo
y sólo estaremos fundándonos
en lo que ya siendo hoy
no lo estamos sabiendo,
no lo estamos sabiendo.

vulcanizarnos sin ventilación
hacia todos los criptogramas y territorios
desde cada bultograma
pentagrama pentagrama
retornando los húmedos multicantos del alma
y se aterra la bestia
se caen las macetas
se asistemiza la púa al vinilo del grito
se movilizan mutando con tu brillo al te miro
se ahoga la muralla, se ahora nuestro salto
se fulmina la ceniza y lo que usamos coloriza
se desbordan los yuyos
y qué van a hacer,
y qué van a hacer
si para ustedes
fuimosomos la maleza 
la macheteada por tu historia
la maleza de los valles, aquí, en tu está lejos
la maleza del lenguaje pulcritudito y astudito
y nos habías fileteado el cogote y las membranas
con noísmos, desprestigios, boludeces
y qué van a hacer
qué ballenato de excusas habrán de establecer
con tus centros al centrípeto,
estúpida polis sin paracaídas,
si la maleza ésta que ahora pronuncia
esta maleza que no olvida la alegría y su concierto,
multigajos abrazados por todo el cuerpo y la sien
con ciencia de que nuestra conciencia no es ciencia,
se ramificará con sus valles y montañas
en el año que abre nueva era
nueva forma
nuevo ideal sin medalla ni felicito
porque haremos lo que falta
y además
el amor de la pantera
el sincegrama del gestículo,
nos movemos nos movemos
nos metemos en tu cacería
en tu fatuo ceniciento
y lo que era para ustedes maleza
hoy es pura especie,
la respuesta:
sube el árbol, atrempa la pared, la eternidad que ahora vuelve.

nos vestimos de río torrente que arrasa
y la puesta de sol nos viene acá, acá, escuchá, acá
y nos pone de mañana al barro
y no quiero adaptación a los no me sirve
porque acá festejamos,
vitupaliamos la palma de la mano al viento
y la parca también se nos macha
y estallamos en el sueño de la luciérnaga,
lucesita de voz de gesto que se pide al abrazo
y me pide este abrazo
y los salares
y tus lucesitas al recuerdo
y lo colorado de los cerros
y qué será de toda mi gente
en esta bocanada de esperanza,
no me cortes el aire, no me quites el aire ahora
justo ahora
que voy a dejar las puertas de mi casa abierta
a todas las piedras imaginarias
a todos los viajeros
a todos los perseguidos y machucados
a todos los trenes y borrascas
a todos los olores de la lluvia de anoche

y ahí estoy
el último respiro
las dalias abiertas
el dolor empedrado
la gota nuestra de cada día,
los nuestros ahogados en el absorbimiento del estómago,
pero somos voz
somos gesto
le metemos trancos adelante,
más que nada ese océano repleto que conformamos:
andantes que no dejan respirar los talones
y reinventan el nuevo sismo en esta tierra.

02 enero 2011

La muerte inexplicable (guía útil sobre como enterrar a los padres)

La muerte, pesada presencia, permanece durante toda nuestra vida a un costado o detrás nuestro... silenciosa... expectante.
Todo el tiempo está allí, en algún lado, en algún lugar de nuestro inconsciente, escondida.
Cuando nos toca de cerca, es como la piña de un peso pesado... dolorosa, rápida.
Así como viene, se va, y nos deja preguntándonos que es lo que acaba de pasar.
Los humanos, a diferencia de los oráculos o los dioses míticos, nos caracterizamos por no conocer nuestro futuro, esa incertidumbre constante en algunos casos se ha convertido en obsesión y en otros, en temor.
Mucho se ha escrito ya sobre el deseo inevitable de inmortalidad que todos padecemos. Pero eludir a la muerte es tan imposible, como también lo es tratar de conocer más sobre ella.

La muerte es una dama misteriosa, potente y llena de actitud. Una de esas mujeres que al verla en la calle nos deja hipnotizados... hechizados.
Tratar de alcanzarla no podría ser mas en vano, jamás podremos conquistarla. Ella tan solo se desvanece frente a nuestros ojos, como el polvo, como el tiempo...
Es así, que entonces, no hay otra cosa por hacer, más que dejarla ir y aceptar el misterio.
La muerte debe permanecer así, inexplicable, ilógica, inalterable (y por lo tanto) eterna.

Que la muerte no tiene porqué. Que de la muerte nada pod(r)emos saber.

¿Por qué entonces nosotros, “simples mortales”, deberíamos desobedecer?




Empatía



http://julvo.blogspot.com

Lluvias entusiastas. (Pero no)

Otra vez tú.
Vida a borbotones, pero no.
Vuelven a la tierra.

Desiertos en mis ojos, no.
No, pero es. En este mundo.
Únicamente nuestro.

Amaneció lo invisible,
Y juntos, vigilados
en el dolor de su color.

Ya no me mojes.
Siéntame.
Ya no me hablas.
Sonreiremos, constantemente juntos.
Pero no.