27 octubre 2009

Miro alrededor o "copia adaptada de the wall"; Primera Parte o "disco uno"

Apagué un cigarrillo. Me dije: “este es el último, tengo que dejar de fumar…”. Estaba sentado, con los auriculares puestos. Me cantaba Charly al oído “Te siento respirar… lejos de…”. Cerré los ojos un segundo, los abrí y aparecí en un museo. Había un tipo con auriculares puestos, cantando: “…tu lugar, hoy tuve…”. Se sorprendió al verme; apagó el reproductor y el tiempo y me dijo:
-¡Al fin te decidiste a venir! Al fin te decidís a hacer este recorrido… Seguime, camarada.

I
El primer cuadro era una advertencia. Rezaba: “¿Quieres acompañar, marchar adelante o apartarte? Hay que saber lo que se quiere.”
-Así que querés venir… Está bien, pero te advierto- me decía como un guía- tal vez no quieras realmente hacer este recorrido, pero si realmente querés averiguar qué hay detrás de estos ojos pálidos y perdidos, acercáte y mirá.

II
Me dijo lo siguiente; frente a una pintura en tonos azules y celestes, con una mancha negra en el medio, como un abismo en un mar; que tenía escrito debajo:
-Este cuadro- muestra cuando me di cuenta lo débil que son mis relaciones: si no pude nunca crear una base firme sobre donde caminar y apoyar mis pies, no debí sorprenderme cuando se desvaneció todo bajo mío y me ahogué en mí mismo, ¿verdad? Eso me pasó y en ese momento no me di cuenta… lo valorable se conoce cuando se pierde, como dicen por ahí…

III
Se quedó parado enfrente del cuadro siguiente. Era una figura sin cara de un hombre, sentado en una mesa, con 5 personas alrededor, también difusas, pero menos reconocibles que la primera. Debajo decía: “Quien tanto mira hacia atrás, empieza a pensar en reversa. ¡Da vuelta tu cabeza!”
-A mi padre lo conocí cuando se fue a “la tierra de los nazis”. Sí, eso mismo, lo conocí cuando se fue. Reconocí lo que significaba tener un padre cuando no lo tenía.
Hizo un silencio - no sé cuanto tiempo, para estas cosas no hay medidas - y apenas le escuchaba una respiración agitada, como a punto de llorar. Pero se agitó la cara rápido y siguió con su relato.
-Cambio de tema, porque aunque tenga cosas para decir, son palabras para él, no para vos… en fin, es sólo una cosa más.

IV
-Este óleo – era un patio de escuela y un chico sentado sólo en un banco, y abajo decía: “Odias las virtudes ficticias, porque si no lo haces, sucumbes ante ti mismo” – me hace acordar a mis maestras… que me discriminaban. Pero no en el sentido “negativo” si es que hay más de un sentido para esa palabra. Me segregaban, pero no por ser un pibe que se portaba mal, todo lo contrario. Yo quería ser uno de esos que corrían, gritaban, saltaban, jugaban y todo eso que se hace en la primaria. Pero no, me portaba “bien”. Y por eso me diferenciaban siempre del resto. Malditas maestras, me querían por no ser un pibe normal…

V
Seguimos caminando hasta la próxima imagen: un salón de clases. Y continuó con lo que decía…
-… esto si lo digo ahora, no tiene mucho sentido – prosiguió – pero en esa época yo creía eso, no quería ir a la escuela, no quería que me obliguen a hacerlo, quería tener amigos… en fin, sólo una cosa más.

VI
Este cuadro tenía un corazón negro y rojo. Decía abajo: “Rojo y negro, blanco y negro, silencio y grito”.
-Acá es cuando me enamoré mejor - ¿mejor? Me pregunté - . Claro, no fue ni la primera vez, ni se puede decir “más”… simplemente, mejor. Era insoportable: dependía de ella en todo, le consultaba todo, pensaba que ella era todo para mía… ¡qué idiota! (esto lo pienso ahora, igualmente). Esas veces que me decía que me mantendría a salvo, que estaría siempre conmigo, que me ayudaría si me quedaba sólo… me lo creí. Era imposible no creerle, si me hablaba con esa voz dulce y me decía que “siempre sería su niñito”. ¿¡Cómo no creerle!? En fin, sólo una cosa más.

VII
El cuadro que estaba enfrente nuestro ahora, era totalmente negro, oscuro, y con algunos espectros como volando en él.
-¿Sabés qué es esto? Cuando me tuve que alejar de ella me di cuenta. Lo nuestro tenía como pilar el “Fuego”. De esto salían dos cosas: Pasión y Dolor. Esta oscuridad, en el cuadro, es porque el fuego no iluminó más y sólo había dolor.

VIII
Como dijo, había dos cosas, dolor y pasión. Una ya no estaba. Enfrente del siguiente cuadro (un hueco abismal, vacío, sin fondo estaba dibujado en ese lienzo) le pregunté qué pasó con el lugar vacío. Abajo del cuadro decía: “Ayúdate a ti mismo y todos te ayudarán”.
-Eso es lo que le pregunté a ella, pero no me entendía… ¿Cómo hago ahora si quiero mantenerme a salvo, si quiero escaparme del mundo, resguardarme? ¿Cómo hago para llenar el espacio vacío? En realidad… esto tenía una respuesta fácil.

IX
Antes de seguir con lo que estaba diciendo, de decirme esa “respuesta fácil”, avanzamos hasta el otro cuadro. Había, pintado, un hombre con 3 mujeres alrededor.
-Si lo que faltaba era pasión, saldría a buscarlas y ya. Fijáte en este cuadro: nuevo corte de pelo, ropa nueva y a la moda, perfume hasta la médula, sonrisa falsa: soy yo disfrazado. Quería en ese momento una mujer. No una, sino cualquiera. La busqué en cualquier lado. Obviamente sería difícil encontrar a una mujer si no sabemos cuál queremos. Pero yo sabía, quería cualquiera. La encontré fácilmente, cada fin de semana.

X
Seguimos por el pasillo, otro cuadro más. Estaba dividido en dos. De un lado, había un rojo carmesí encandilante que rodeaba a una mujer, del otro lado, un negro profundo que rodeaba una cabeza partida en dos por un rayo amarillo.
-Pero cuando me despertaba con una mujer diferente cada domingo (me refiero a la primer mitad del cuadro este), me miraba al espejo y me despreciaba; le hablaba a ella, sin tenerla enfrente. Y sentía que el amor a base de fuego se estaba apagando día a día, aunque ya hace rato no estábamos juntos. Creo que cuando pensaba en el amor, no sólo pensaba en ella, pensaba en mí, en el amor por mí mismo. Ahora mirá la segunda parte del cuadro, la del rayo. Uno de esos domingos exalté mis sentidos todos. Entendí qué quería, ¡quería gritar! Y grité como nunca… ¡Nooo! Mi compañera de ese día se fue corriendo por la puerta cuando empecé a romper toda mi habitación. Ella yéndose por la puerta; yo imaginando que no era la del sábado anterior, sino de quien me enamoré mejor aquella vez; y gritando frases inconexas para que se quede. Me di cuenta que estaba perdiendo…

XI
Sin para de hablar, avanzó hasta el otro cuadro. Estaba en blanco, y tenía escrito: ¿Corres delante, lo haces como guía? ¿O se trata de una escapatoria?
-…la cabeza. Empecé a gritar sólo, imploré, pedí razones de la huida, pedí disculpas por ese momento de irradiación de ira. Todo en vano, todo. Cuando me desperté del trance, estaba sólo. Y lo peor es que nadie escuchó lo que gritaba. ¿Cómo pudo tratarme así? ¡Se alejó de nuevo! No… - hizo una pausa y me dijo – No, no se fue de nuevo. Nunca se había ido. Fue culpa del fuego que sólo se ocupó de lastimar y no ya de generar pasión. Ahora lo veo más claro. ¡Qué idiota!

XII
Otro cuadro: Era un capullo de mariposa fosilizado, todo en tonos de grises. Abajo decía: “En su naturaleza salvaje es donde uno se repone más eficazmente de su antinaturalidad, de su antiespiritualidad.”
-Acá es cuando empecé a crecer y le dije no a esas cosas que me molestaban… Me despojé de todo. Después de todo, ya no tenía nada. Me sumergí en la soledad más grande que nunca viví. En fin, sólo una cosa más

XIII
Un cuchillo, un lápiz y una carta aparecían en el siguiente cuadro. Abajo decía: “Me apiado de quienes sucumben ante una carga que no pueden ni llevar ni Arrojar”
-Intenté sui-cidarme. Escribía cartas cada dos días a todos mis conocidos y las firmaba siempre con: “¿se sienten mal? Perdón… aunque… ¿a quién le importa mi perdón? ¡Si ya no podemos arrepentirnos! ¡Adiós!”. Pero las rompía al otro día, cuando no tenía valor de cagarme en todos.
(...)



http://manosdemarfil.blogspot.com/

3 comentarios:

Gabriela dijo...

Buena manera de narrar una historia.. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero las imágenes pueden ser interpretadas de varias maneras, a veces se necesita a las palabras para comprenderlas.

P.D: Las maestras son odiosas cuando te tratan de manera especial, por una o dos respuestas bien contestadas.

Mindbleeder dijo...

Flor de afano
Te lo digo no-mal
A la conceptualización de la obra "The Wall" le agregaste muchas ideas que son geniales, pero hay partes donde se ve muy evidentemente la fuerte base que tiene tu escrito
Está genial, y es conmovedor.
En cierta forma, lo que digo es más que nada un detalle gracioso. Que tantas partes terminen con "En fin, es sólo una cosa más"... No creo haberme ido demasiado de tema si inconsciente y directamente lo relacioné con "All in all it's just another brick in the wall"

Pero está muy bueno
Me cuesta leerlo como otra cosa que una interpretación del y fiel al disco The Wall

Pero te felicito desde ya
No me creo con la capacidad de tan abarcativa expresión

Mindbleeder dijo...

PD:
Espero la segunda parte
Sobre todo porque mi tema favorito del álbum es Hey You XD