01 diciembre 2009

La Memoria, II

Algunos están llegando recién. Reconociendo el terreno. Al principio las paredes desnudas y el piso recién lustrado dan esa imagen de vacío. Pero se lavan la cara y al frotarse los ojos aparecen esos dibujos y alguna mancha de comida que no ha salido. Y al aventurarse en dos o en cuatro patas, o por el aire, se chocan con los muebles que atiborran este salón.
Y es que nunca es la primera vez, por más que hayan nacido un segundo atrás.
Van ganando nombres. Primero pueden ser estrellas, rostro, pétalos, algún astro sin edad (crecerá). La sabiduría es pasajera y no deben aferrarse.
Lentamente la habitación comienza a arquearse. Ahora depende de ellos. Deben saber qué y cómo ser.

1 comentario:

Lena dijo...

Esto es pura canción (y eso es una adjetivación positiva)