Pasos por medio de angostas calles
Abductor en la boca del estómago
Y las ausencias contraen la delgada barriga
Ojo, ojito... ojazos ojerosos
Orejas vomitando sonidos
Ecos de la misma voz
La voz del dueño del cuerpo
Consumido
Consumado al confinamiento de su propia imbecilidad
En la oscuridad de su incompletud
Ardiendo en los fuegos del Rhum
Sabe él, sabe alguien
Qué le espere cerca
De otros lados
De límites infranqueables
Más allá de fronteras en sombras
No de altas paredes
Pero imponentes como solidarios
Cemento y ladrillos
Maquinando echando humo
Sobre el asiento recostado perdido
Dejado llevado no siente más
Ya su voluntad
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