02 febrero 2010

Sirena humana

Ahí estaba yo, sentado en la arena, pensando en gente que no estaba, irremediables ausencias en una vida que, para mi, estaba llena de penurias.
Pitando tabaco rubio, acordándome del partenón y de colores que invadian melodias, al mismo tiempo que una cancion me mostraba como seria una noche tunesina.
Con las sienes doloridas de tanto pensar y fumar estaba cuando ella apareció. Elegante y magestuosamente se dirigia hacia el mar, ella era poseedora de una belleza unica. Luego de zambullirce varias veces se seco al sol no sin antes recoger su pelo ensortijado en un rodete. Hice un alto y pensé un poco en el flaco y en invitarla a conocer mis sabanas. Terminado este proceso (el de que ella se secase) se acercó a un grupo de gente del cual recibió mucha atención. Me desalente un poco al principio, pero luego me di cuenta de que su situacion, la de ellos, no era muy distinta de la mía. Que comportamiento carroñero, pensé, parecian buitres, Pero viendo como se reian desaforadamente a cada comentario que ella hacía, determine que eran mas bien como hienas.
Saco de su cartera algo que no distinguia a la distancia, pero luego de haberselo llevado a los labios y haber compulsivamente tratado de encenderlo, deduje que no podia ser otra cosa mas que un cigarrilo. Nadie mas de aquel grupo debia de fumar, por eso la miraban asi de mal.
Se paro y miro hacia donde yo estaba.
Así fue como conocí a la criatura mas hermosa.

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