04 mayo 2010

Carta a Dios

Estoy frente al agua. Dios me regalo un sol hermoso hoy, hace que brille sobre las símil olas.
Llegue hasta aca en un colectivo repleto de gente que hablaba y se reía.
Yo llegue hasta aca para llorar y para amigarme con vos, Dios; y tu primer cumplido fue este sol.
Vine a reprocharte que me sacaste el mejor regalo que me habías hecho... hace un par de meses, frente al mar, hablamos una vez vos y yo, y yo te agradecí por tu regalo mientras lo veía dormir y respirar. Hoy me lo sacaste, en realidad hace tiempo me lo sacaste, pero yo no te lo quiero dar!
Me lo quiero quedar, Dios.
Me diste una vida, sin sobresaltos, con más alegrías que penas, me diste un hermano, tres amigas, una perra y una abuela. Me diste un amor que me defraudo, me diste inteligencia para leer un libro, y carácter para explicar lo que no se. Me diste dos manos inútiles, pero dos pies ágiles. No me diste muchos sueños, pero me diste tetas. Me sacaste una amiga y trajiste volando desde el sur a otra con ojos cielo, donde me deja perderme y me muestra otra verdad de las cosas. Me diste talento para escribir pero yo quería cantar. Me diste una abuela hermosa, desde su piel hasta sus ojos pero no me dejaste nada de ella cuando se fue... solo un beso en su frente fría de mármol blanco. Me diste ropa y buenos perfumes pero el precio es una prima del otro lado del mundo, es demasiado caro ver crecer a su hijo por fotos.
Me diste una mamá que canta zarzuelas mientras lava la ropa pero que llora a escondidas por miedo a morirse. Me diste un papá que llora cuando mira a Olmedo, pero que nunca se sentó a verlo conmigo.
Me diste un cuerpo que lo exploté y disfruté, pero un día le pusiste un corazón y agotaste mis sentidos y me desorbité, no supe que hacer... me volví loca.
Me diste un amor, un príncipe, un sueño. Me diste un milagro... me diste dias bajo el sol, me diste tardes de lluvia bajo las sábanas, me diste noches eternas. Me diste canciones y recuerdos. Me diste mimos, miradas y palabras. Me quitaste una mochila de dolores, mentiras y amarguras y la llenaste de flores y poesías e hiciste que él la cargara por mi. Me diste un presente olvidando el pasado y sin creer, un futuro. Me diste un hoy, un ahora, y aproveché cada segundo de eso.
Me diste un vals callejero en la arena, una tarde de viento, me mirabas, Dios, y yo te miré, y no hizo falta decirte que era la mujer mas feliz del mundo en ese momento. No hizo falta una foto, esa imagen del mar, la arena, el vals, vos, él y yo quedaron grabados en mí por siempre.
Me diste una piel prendida fuego, que se regeneró en su cama aquella noche de rock. Y con la piel virgen como tu madre, que me regalaste lo amé hasta el cansancio.
Me regalaste su cuerpo ya colonizado, pero no conquistado, y yo bajé de mi barco pirata y me até al muelle de su espalda y me quedé ahí. Besándolo, besándolo y besándolo. Y lo besé entero cada noche de las 240 noches juntos... y vos te crees que es facil que te devuelva mi regalo...? Mi tierra? la tierra que yo misma expedité...?
No, Dios! No quiero devolvértelo! No me lo pidas! No me lo arranques, por favor! Es mio!
Me regalaste todo esto y hoy te lo queres llevar, con qué derecho, Dios? Con el derecho divino que te da tu propia sabiduría y grandeza?
Cuán brillante es tu próximo regalo, que tengo que hundir hoy los recuerdos de éste en mares de lágrimas. Decímelo, cual es el próximo...
Me regalaste voluntad pero no confianza, me regalaste incondicionalidad pero no futuro... Me estas corriendo, Dios, para sacarme lo que es mío, para sacarme lo que siempre soñé y como creí que era imposible nunca te pedí. Me lo diste solo... y ahora vas a robarmelo. No revises mas, Dios, ya sabes donde lo tengo guardado... Déjamelo hasta navidad, dejame que me levante cada mañana pensando en sus ojos.
Dios... estoy enojada con vos, porque vos siempre estas conmigo cada momento de mi vida, porqué ahora te vas y me dejas sola? Porqué te queres llevar mi regalo, si yo lo cuidé, lo amé, lo defendi y le di todo lo que me pediste...? Yo se que vos también estas enojado conmigo.
Yo te prometo que voy a cumplir mi promesa. Hoy me regalaste este sol, y en él se refleja el pelo de Luly, que no está acá sentada al lado mio pero que estuvo al teléfono toda la tarde.
Estoy enojada, Dios, estoy triste y me duele el alma, tu alma, la misma que me diste para vivir por siempre en mí.
Nunca entiendo tus señales, hoy te las pedí y solo dos pájaros se galardonearon en el cielo y se fueron volando libres, pero volvieron y se fundieron en el sol... Igual nunca entiendo las señales...
Me voy a casa, Dios, no me sigas esta noche, tampoco te lo quiero dar.
Regalame paz, Dios, regalame tranquilidad y buenos pensamientos, regalame caricias de la abuela que bajen esta noche desde el cielo

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