26 octubre 2010

(P/M)aternidad

Crear enfermos en base a enfermos. Engendrar, generar vida muerta por el terrible egoísmo de sentirse Dioses, todopoderosos>omnipresentes>omniscientes (Como si fuera a funcionar). Es por usar a su antojo la vida de los bienvenidos, para no sentirse tan solos en un mundo que los caga a palos, que los traiciona, ser padres para imponerles a los hijos, como alguna vez les fue impuesto a ellos mismos, una cosmovisión, una historia innata. Que injusta es la infancia. Antes de ponerse a buscar un pibe, usted, madre, padre, o como sea que se organice la familia (si la hay), debería preguntarse en donde, en qué contexto y con qué fin se está creando vida. La gente que planifica a sus hijos suele tenerlos en el punto en el que sus vidas comienzan a carecer de sentido (profesional adulto realizado, en pareja estable, solo que...), y los usan como coartada para no arriesgarse, para no hacer lo que en realidad tienen ganas de hacer. Y los hijos, pobres diablos, se miran entre sí y saben que esto no está bien, que esto no puede estar bien, que esto no anda bien desde hace mucho tiempo... que el esquema convencional de familia es una traición que no sirve a ninguno, es una obligación moral que nos impide ser libres porque nos debemos a nuestros hijos, a nuestros padres, que nos aman porque nosotros somos la reivindicación, somos lo que ellos no fueron pero no lo que ellos no se animaron a ser, porque heredamos el temor como se heredan la cultura occidental y las costumbres nacionales. Hijos herederos de la mierda que flota en el aire desde los Sumerios, los prejuicios, la represión y el odio son la tortura que aprehendemos a medida que nos vamos adaptando a la sociedad. La violencia nos surge, se nos mete, nos rodea, nos abduce porque es ella la reacción natural del hombre ante la opresión, ante la imposición, ante la incomodidad de saberse atados a tabúes y preceptos incoherentes, imposibles en una realidad que reclama libertad, que se denuncia a sí misma todo el tiempo, que se cansa, y que nos cansa. Lo malo, lo irresponsable, no es tener hijos, sino tenerlos en el marco social en el que vivimos, sabiendo que el mundo está corrupto y manejado por piolines de oro y billetes con los rostros de los aristócratas y terratenientes más poderosos, de los intelectuales y los militares que se ocuparon de saquear Latinoamérica y que la poseen en cada simbolismo, en cada bandera, en cada frontera.


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Verbigracia; para afirmar que la familia como institución está acabada, los argumentos son mas bien pobres..

Ma Lena dijo...

Yo no entendí como Anónimo el texto.
El sentido que le dí, es el del replanteamiento del tener un hijo como etapa de superación personal en la edad "adulta" o en la juventud. Es decir, el hijo como objeto que cause la plenitud del progenitor. Y está bueno que se plantee esto, es un punto de vista distinto y válido. Me ha gustáu

Anónimo dijo...

Qué papel se le da a la ignorancia en todo esto? Creo que si de algo está enfermo el pueblo, es de esta ignorancia que se esparce y que es muy dificil de frenar. Concuerdo en lo que decís de los padres a sus nuevos hijos, pero también los protejo diciendo que ellos alguna vez fueron hijos, alguna vez estuvieron desprogidos, fueron víctimas y que hoy en día no hacen más que actuar como seres no (o poco) sensatos/pensantes. Para mí, va mucho, muchísimo más allá de una elección de ellos. El tema es largo y es gran tarea de investigación, pero he aquí mi humilde aporte. Saludos.

juan dijo...

puede estar muy inconcluso este texto, si, lo escribí cuando tenía quince años, lo retomaría, pero no.