25 octubre 2010

Sentido I

Definido en el hueco nocturno de lo cotidiano, el sentido puede ser visto como una curiosa superposición de saliva y memoria. El resplandor de un inexistente que ahuyenta lo cognoscible para dejar volver –apenas un segundo– lo conocido tan lejano. La ausencia de lo que faltaba –entonces– cuando el acto era atributo del vértigo.
La vuelta de lo que no pudo haber llegado.
La carencia del proceso inglés,
los argumentos sin léxico,
lo inobservable duplicado en saturación y clausura.
Resplandor de lo que no puede ser,
diferencia de lo siempre igual.
La piedra en el medio del camino.
La muerte en portugués.
Lo concreto socavando su anticipación,
la gota repetida.
El lado sudamericano,
lo invertebrado del signo,
Juan Sin Tierra,
Proust en ojotas olvidado de todo.
Adorno y Horkheimer en la rave.
Derivación
¿Convergencia?

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