10 febrero 2011

di sol ver


Quebraste la voluntad de todo lo silenciado. Ya ni se piensa. Otra vez arrancar, otra vez desde el fondo. Primero así y después así.
Rutina consumada.
No, yo no voy. Esto de morirse ya fue. Pero…

Es el sillón (en el que estuvimos) blanco; otra vez blanco. Interminable.
¿cómo? ¿nos conocemos?
No, no te conozco; y en tu casa. Me invitaste, pero es que nos conocemos, ya no, ahora no sé. El sillón.

Ese cuadro se borra de la abstracción y ustedes (mujeres) me alimentan de porquerías. ¿quiénes son? Yo nunca las vi (claro, qué importa)
El vidrio se empañó -¿tabaco para armar?-
No, si sigo no vuelvo. Con lo que me cuesta volver (a nacer)

Sí, ya tenemos heladera. Antes no <<¿Dónde?>>  <>  <>
¿besos?
Un par, pero él tiene novia.
Bueno en voz baja mejor.
Y estás desnuda —¿cuándo?— sobre la alfombra: tan bella. El ombligo en medio, pero en los pechos; ahí dulzura. Este vaso no es mío; pero dulzura.

La música. Esta música. Yo la conozco. Estamos sonando (soñando). En fin, algo que conozco. Sí, eso también lo conozco.
No quiero morirte entre las piernas.
Decilo carajo: No quiero
                                         estacarme al veneno de la sangre.



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