02 marzo 2011

El impuro copulativo.

En los margenes angostos de este río,
hay sombras de personas y de azares.


Donde van a descansar del destino terrible
los arcángeles drogados de nuestras ciudades.


Nosotros, simple retórica muerta,
o retorcida en un montón de cajas inservibles,


donde el sueño no quiere ser libre...


Ni la puerta quiere ser abierta.


Donde duele y cuesta la libertad y el colectivo .


Sabemos que todos, en la intestina sospecha,
soñamos que nos firmen.


y caminamos las Avenida y consumimos las vanidades,


y una noche cualquiera una mujer se quita la ropa y entendemos algo que no importa en el mundo:


algo fundamental.


Y nuestro tiempo se computa en libros y nuestras penas en hojas..


Y afuera circula como una mitología ese río, reclamando a Telefónica alguna cosa...


Mientras va caducando nuestro permiso, como la magia de un efecto especial.


y un día la voz se apaga y nuestra ropa se va a dormir para siempre en un placar.


Y en otra época y en otro hombre, se renueva la cosa.


Como aquellas cosas que se mueren siempre sin morir jamás.

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