19 mayo 2011

Historia del dolor

Lloró. Suspendido a dos metros del suelo duro y frío, lloró. La panza que estaba en la panza crujió, y ay dolor, ese del dulce que se amaina con la teta enorme que viene y viene y pezón que es un tapón de bañadera. La piña, la primera, que se incrusta en el cachete y lo bambolea como budín de pan, en cámara lenta. La rodilla en el asfalto, pero la bici no se queja y también se raspó. La bici es macha. El tirón de oreja de mamá un domingo al mediodía por haber meado desde la ventana al vecino. La muerte de la abuela, de alguna abuela, la proximidad de la muerte en estado catatónico. Todos van a morir, entonces para qué... Duele el dentista más que la muela, duele el doctor más que la fiebre. Las pulsiones desordenadas, la carótida real bombeando nafta; la ficticia, ilusiones, y vidrios rotos y cajitas decoradas con flores de porcelana fría. Y una ventana empañada, necesaria, porque es de hasta nunca. Y varios no. Y varios goles de
 campeonato en el palo. Y varias promesas incumplidas. Lo hecho desecho. La pasión frustrada (una línea se define por la pasión: es un horizonte o una muralla). La sal en la herida de la herida. Los anagramas y palíndromos que insinúan providencias, mientras el caos sonríe con malicia de ladrón sin nombre. El abandono, todos los abandonos. Y las llamas en la casa.

http://facundogaribside.blogspot.com/

No hay comentarios.: