22 noviembre 2011

No hay peor ciego



El director Fernando Meirelles ("Ciudad de Dios", "El Jardinero Fiel") emprende la difícil tarea de llevar una obra literaria fundamental a la gran pantalla, y lo logra... a medias

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"Ensayo sobre la ceguera" (1995) es una descomunal novela del escritor portugués José Saramago (premio nobel de literatura) que sirve como metáfora y critica para un mundo que se ha quedado ciego de repente, pero no sin una causa y responsabilidad anterior de todos y cada uno de nosotros.


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Para empezar, un acierto grande de la película es que no se necesita haber leído el libro para entenderla. Aunque quizás eso sea un acierto del libro, es decir, a grandes rasgos la trama general del mismo no dista mucho de los clásicos guiones de películas-catástrofe de Hollywood.
Cabe destacar también que varias de las exigencias de Saramago fueron respetadas a la hora de adaptar el libro, como por ejemplo, el uso de un país no reconocible para las audiencias, que los personajes permanezcan sin nombre tal y como Saramago los presento en su novela, la elección de actores de todas partes del mundo para representar fielmente a la humanidad y ¡Hasta el tamaño del perro que debía aparecer en escena!
En la primera escena se nos presenta una ciudad en aparente calma y "normalidad" donde todos se dirigen raudos y veloces hacia sus trabajos... De repente en un semáforo un hombre a bordo de su auto, se queda ciego. De allí en más podemos ver como toda la ciudad y el país, sin distinción de raza, genero, edad o cargo político queda ciego de un momento para otro. En la película, al igual que en la novela se nos presenta los personajes “hasta ahí”, es decir, no se profundiza mucho en ellos ni en su historia pasada, solo nos muestran sus miserias y su reacción en una situación tan extrema, que en definitiva es
donde más logramos conocer a alguien. Ese es otro acierto por el cual uno no sabe si darle el crédito a Meirelles o a Saramago.
Un oculista interpretado por Mark Rúffalo (“El Doctor”) es quien une a todos los personajes, ya que ellos, una prostituta que pierde la visión después de tener sexo en la cama de un hotel 5 estrellas, un niño, y aquel hombre en el auto van a su consultorio. Cuando la tensión explota y la población se da cuenta que están frente a una epidemia de la que parece no haber escapatoria, la primera reacción del gobierno es poner a los infectados en cuarentena encerrados para que se “maten entre ellos” y si es posible matar algunos también (los guardias que los vigilan, llevan la orden de disparar si alguno se les acerca a mas de tres metros).Es allí donde la película pasa la mayor cantidad del tiempo, donde desarrolla más ideas y mensajes. Podemos ver, el ya regañido y antiguo, concepto cinematográfico de personas ordinarias en situaciones extraordinarias, con sus egoísmos, miedos, paranoias y prejuicios a cuestas tratando de convivir... orientales, occidentales, blancos, negros, ricos y pobres.

En esa especie de cárcel es donde conocemos al personaje de Gael García Bernal (en uno de sus personajes más carismáticos y retorcidos), “El rey de la corte”, un mini dictador lleno de ignorancia y poder… Y bien sabemos que ese coctel lleva solo a la brutalidad y al extremismo. En la escena más fuerte de la película, en una encarnizada pelea pabellón contra pabellón, “El Rey…” pide a las mujeres del otro sector para ser violadas a cambio de comida…


Jamás aprenderemos


Es en ese contexto también donde aparece con más fuerza el que será el personaje más importante, “La señora del doctor”, personificada por Juliane Moore. Es ella quien toma la posta y
cual Virgen María, guía descalza, a los cobardes y adormecidos hombres.
Es ella también quien al principio del film nos devela el probable porque de todo lo que está sucediendo, mientras su marido trata de encontrar algún termino medico a lo que está pasando, ella le responde: "Quizás tenga que ver con el agnosticismo, con la falta de fe o la ignorancia.”




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