21 junio 2009

Carrousel

Un polvo dorado revolotea en la brisa estival que se arremolina fugazmente formando torbellinos y ciclones de ventisca dorada, completando los espacios vacíos entre los objetos con áurea fantasía de color.
una sonrisa se dibuja en el rostro gris del joven que huele las notas del verano en el aire, un gesto de leve satisfacción y de honorable tranquilidad. Las hojas secas del plátano ya no cubren su cara y pequeñas flores comienzan a brotar de sus cabellos.
El reinado de helios ha comenzado nuevamente, renaciendo de las cenizas oscurantistas de la hibernación del ánima. las radiaciones caniculares de la magnánima corona real se esparcen por todos los rincones, iluminando hasta los corazones más endurecidos.
Las manchas de sangre se evaporan dejando un rastro oscuro en la tierra. Las plantas se inclinan a juntar la vida esparcida por sobre la planicie benevolente y metamorfosean los estigmas en frutos de sabiduría.
La rueda nuevamente da una vuelta con su psicótica música de carrusel. los caballos suben y bajan, los tigres observan el cambio y los unicornios festejan altivamente el mecanismo divino de la vida de carnaval.


¿Con quién baila Milicich?

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