23 junio 2009

Dualismo metrico

Tengo la cama más grande del mundo. Y si alguien objeta al respecto, lanzo de inmediato el desafío de dormir en ella sin vos, de dormir junto a los fantasmas que danzan alrededor moviéndose al ritmo del silencio.
Reitero mi afirmación y no me importa que me mires extrañamente, que desvíes tu mirada mientras tus ojos se achican buscando la diferencia métrica entre mi cama y la del resto. No me importa que no te importe tu ausencia, que ignores tu posesión al respecto. Saberme tuya sin serlo y morirme cada noche en esa muerte intermitente que amenaza y se ríe detrás de mí cuando me enfrento al espejo sin más reflejo que el de un cuerpo que ya no reconozco.
Tengo la cama más grande del mundo que se convierte en la jaula más pequeña, esa prisión que atrofia mi deseo y me subyuga. Y yo te ofrezco la fabula de este amor escrita por un niño sin sueños o la dicotomía de mi ser entre la realidad y lo incierto.


Ella

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