04 enero 2010

Amén


En la sonrisa de él, un bailarín sobre sus labios. Cuelguen de sus orejas, monos tití. A través de sus rojos bucles, serpientes de fuertes colores viajen. Sus fuertes cejas largas, salvaguarden penas. Sus pupilas dilatadas, sean negros agujeros fríos y atractivos.


En los pómulos de ella, doncellas reverenciando. Duerma en su tierno mentoncito, canes de corto pelo oscuro. En sus lisos cabellos rubios como castañas, véanse camaleones camuflageándose. La punta de su delicada nariz, muéstrense colgados sueños cubiertos de polvo.


En los dedos largos y delgados de ella, bebés chimpance contémplenle el rostro en la distancia. Su cabeza caída hacia atrás, los ojos vean el espejismo del cielo.


En las hondas arrugas del rostro de él, flautistas ahoguen sus silvidos. Su cabeza caída hacia adelante, cada iris proyecte danzantes colores sobre la alfombra blanca.


Envuelto en piel, pronto estén los organos que sostengan una vida ilógica. Envuelto en su acurrucamiento, parezca una persona desde ya. Envuelto entre sus dos piernitas, defínase en unas semanas su sexo. Envuelto en carne cruda, márquense los surcos que conduzcan y ordenen pensamientos. Envuelto en un fino cuero flotando en ese líquido, esté aún libre de compañeros animales. Envuelto en tantos huesos y organos y sangre, esté libre de metáforas y símbolos aún. Lejos aún del mundo, no sea considerado vida aún porque no sea considerado humano y así se le condene al infierno social. Tu nacimiento, no sea un error, no para vos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Caóticamente hermoso.