23 enero 2010

Brumas

Con el repiqueteo de las teclas atravesando la noche cómo una tosca melodía de comienzo del verano, sin más iluminación que el resplandor de la pantalla y las breves ráfagas de inspiración trasnochada; cada letra encadenándose a palabras.


Baco no acompaña más que con extracto de manzanas fermentadas, vestigios de festejos recientes. No tan lejos el rumor de canciones olvidadas tan sólo con el fin de ser recordadas en un tiempo indefinido, no por nostalgia sino por desazón.

La hoja inexistente, en blanco, que se arquea sobre el filo que la aprisiona allí, en ese diminuto espacio donde las páginas se prensan para perder su virginidad inmaculada y reciben la marca indeleble de los significados.

Letanía de saxo, rítmico compás de tribulaciones estilísticas, escondida matriz de ensoñaciones con pretensión de verdad.

Las gotas del rocío que todavía no llega sobre la acera. Una botella a terminar. Una nota a continuar.

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