01 enero 2010

La Memoria, IV

TERAPIA DE GRUPO

- Yo caminaba detrás tuyo. Te seguía. Apuraste el paso y yo también. Te metiste en una casa y cerraste la puerta. Llegué ahí, abrí la puerta y entré a un cuarto pequeño, vacío y sin otra salida.
- Estábamos en el bosque, callados, andando. Yo me adelanté unos pasos. Escuché la voz metálica que decía “hola”. Me di vuelta para mirarte y eras una estatua de piedra. Un grillo sobre tu nariz me miraba fijo.
- Apareció un payaso en la alcantarilla y me dijo “todos flotan, y tú también flotarás, amiguito”. Luego otro apareció y no me dijo nada. Se reía como un payaso que ríe.
- Pensé que era una broma. Mientras conversábamos todos ustedes cambiaban de forma. Los muebles también. Y hasta mis manos. No sé quién había sido el de la idea.

2 comentarios:

Freddie dijo...

¡Qué buen final! Eso de "no sé de quién había sido la idea" está muy bien.

Agu dijo...

SOS LUCIO EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS.







divinura.