12 enero 2010

Los Ilusos


Las noches de viernes ansiábamos las décadas pasadas, entonces alguno corría a Thelonius Monk y a Allen Ginsberg, cosas así, y en el piso había cuadernos lapiceras comida y vino tinto y papeles de cigarro; todos nos reíamos de nosotros y con ellos, quiero decir con Monk y Ginsberg, que era reírse con el resto de las personas, o sea que nos burlábamos de nosotros los puetas y queríamos ser cómplices de ellos los artistas, pero todo quedaba en nada, en discusiones y nombres equivocados y lecturas.
Después llegaba un punto en la noche en que casi todos nos quedábamos dormidos, o medio dormidos, o cerrábamos los ojos y disfrutábamos de la música, hasta que alguien se levantaba a poner la pava y decidíase a cebar unos buenos amargos si es que el estómago lo permitía, y casi siempre hacia el amanecer volvíamos a reírnos de nosotros porque todos secretamente nos creíamos el Club de la Serpiente, pero no éramos más que unos muchachos papeando arte y cagándolo posteriormente en un vano intento de crear, pero la cagábamos con nuestras puesías, o no, realmente seguimos creyendo que algo de talento corre en nuestras almas.



4 comentarios:

Mindbleeder dijo...

Ay que lindu
Me hizo acordar los amanecimientos en mi casa

akira dijo...

Me gusto mucho! fluye, fluye porque creo q es sincero y sobre todo muy elocuente, aunque me gustaria pensar que ellos tambien, en algun momento, se sintieron unos ilusos, no?

Freddie dijo...

Me en-can-tó. Pero me enoja que no publiques más seguido.

Lucio Borgna dijo...

seguramente monk y ginsberg se sintieron ilusos alguna vez mientras homenajeaban a otros. y pienso si el arte pertenece al tiempo en que se creó o al tiempo en que se recibe y crea influencias. no sé...