09 marzo 2010

Fábula

miraba una película y pensaba
no sospechaba que además de ser pensados los pensamientos sucedían
muy cerca de mí un sapo al borde del asfalto
pintado en el pasto alto y su color
miraba con esos ojos aburridos el cemento
su cuerpo no decía nada
nada más que esto que se le escapaba sin querer:
“soy un sapo”
y como sapo quería que se lo trate también decía su cuerpo
color verde y mucha textura que es común
a nosotros nos da asco

entonces el sapo quieto detenido en una pintura
que jamás me interesó pintar hasta ahora
que el sapo gira apenas su cuerpo a un costado
y observa
que el sapo gira levemente su cuerpo al costado opuesto
y observa
(que un sapo mire a ambos lados de una calle puede no resultar realista
pero no es importante ya que quizá la historia no trate de un sapo
en realidad yo en ese momento miraba una película
en mi casa cerca de ese lugar
quizá la historia trate de un perro o un zorro una liebre
un viejo con alzeimer y bastón pintado al costado del asfalto
mirando hacia los costados como a punto de cruzar)
el sapo avanza y se despinta de su color pisando firme en el cemento
mientras yo comiendo maní y pensando en el coraje
en lo poco de coraje que me hacía falta para estar así
el sapo pisaba firme pero si se lo analizaba bien se podía ver
que uno de sus cientos de músculos temblaba levemente
y su rostro empezaba a hablar
apagué el televisor y me subí al coche que no tengo
el sapo caminaba por el cemento que lo derretía de color
el sol calentaba su pobre lomo asqueroso y bajo sus pies
el perro babeó una vez más su interminable saliva
el zorro caminaba lento concentró sus ojos en la orilla de enfrente
la liebre dio dos saltos y se apoyó sobre sus piernas para mirar hacia atrás
al viejo se le cayó el bastón y se secó de la frente la transpiración
mi coche que no existe avanzaba por la ruta a la velocidad de las catástrofes

coraje para arrancarse las piernas de la cabeza y caminar
coraje que al bajar el vaso y mirarte a los ojos
la voz que se me estanca de repente en tus piernas
voy a caminar sobre tu cintura
hasta pararme delante de vos
el sapo avanzaba ciego iba por todo sin entender

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Le tengo fobia a los sapos.
Por lo cual, dudé en hasta leer el texto.
Pero me termino gustando mucho, che.


Agustina

Lena dijo...

JAJAJAJAJJA, yo vine a decir pobre Agustina pero me ganó de mano. Ay que risa.

Facundito dijo...

Sí, esta vez te ganaste unas grandes FELICITACIONES, así con mayúscula y todo. Qué manera de entretejer cosas, maifrén.