27 abril 2010

De no olvidarnos

la puerta de un colegio
era como el cielo
los escalones de la iglesia el cielo
el parabrisas de un coche gris y brillante
el cielo
pintamos nuestro silencio que explotaba
pintamos sin prolijidad el cielo de rojo
vértigo pintura y correr

como hablar o hacer poesía
es un poco de ser y hacer nosotros
de no olvidar la niebla
el frío que nos cruza en la esquina como un tranvía invisible.

2 comentarios:

Tu Sol sigo a Roetana. dijo...

creo que estoy por llorar.
qué triste es dejar una firma así.



Agus.

Haffner dijo...

Me gusta mucho la imagen del último verso. Supongo que la eficacia pasa un poco por el anacronismo del referente de la imagen: el tranvía. No hubiera sido lo mismo con otro 'vehículo'.

Muy bueno.

Un abrazo.