11 mayo 2010

Repeticiones

El mismo café de cada tarde, más de la misma charla adormecida sobrevolando una profundidad que no alcanza, las mismas ojeras a la mañana siguiente, el mismo rutinario trayecto de ida al yugo, la misma fragancia de la vecina cuarentona en el ascensor, las mismas letras del ajado abecedario, el mismo megáfono gritándole al sordo oído, la misma jeringa infectada propagando sentencias finales, el mismo callejón sin salida, las mismas colegialas observadas de reojo por señores circunspectos, el mismo colon irritable de la “amiga” que no es, los mismos semáforos atravesados en amarillo, las mismas luciérnagas extinguiendo su resplandor, la misma medida “tacaña” en los bares de onda, la misma mediocridad en los escritos propios, la misma sensación de vacío en los sentimientos ajenos, las mismas garras desde adentro, las mismas vestiduras rasgadas desde afuera, el mismo melón con jamón crudo, la misma música resonando bajo en la trasnoche destartalada de un insomnio cualquiera, el mismo ruido a sexo salvaje de al lado, el mismo número ganador sin apostador, la misma apuesta ficticia a doble o nada, la misma agonía del sinsentido de buscar sentido, los mismos pasos sin huellas, la misma cerilla, el mismo oxígeno enviciado de adioses, el mismo grito ahogado, los mismos labios sin besar, el mismo alcohol en exceso, los mismos ojos que se evitan, la misma inquieta Claire, el mismo nauseabundo olor a basura revuelta, el mismo orgasmo, los mismos gestos, la misma falsa promesa, la misma repetida frase, la misma repetición de lo sabido y no aprendido, el mismo agujero en la camisa a ponerse, el mismo vuelo suspendido, la misma mosca molesta, el mismo punto negro abandonado, la misma alergia de otoño, el mismo frío invernal a destiempo, el mismo cepillo de dientes gastado, la misma cama sin hacer, las mismas muelas adoloridas, el mismo cigarrillo apenas pitado, los mismos mocos colgados después de cataratas de las mismas lágrimas que prometen ser la mismas últimas que las anteriores, el mismo orgullo malsano, la misma uña comida, el mismo mecanismo atrofiado, el mismo músculo alicaído, la misma carrera abandonada, el mismo cúmulo de olvidos recordado de sopetón, la misma suavidad añorada, los mismos muertos repetidos, los mismos vivos impuestos, las mismas penas afloradas, la misma mierda con el mismo olor, los mismos días, las mismas semanas, los mismos años, las mismas décadas. Otro tiempo. La misma esperanza reprimida.

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