22 junio 2010

El tonto en el espejo

                 Como el último trago de un té con limón
espero que esto termine lo antes posible.

Eran patios escarchados en el más cruel de los inviernos
eran velas apagadas sobre la mesa
eran todo lo que sabían ser.

Subía el volumen para no oír su voz
que cantaba con enorme pasión
y emulaba una franela
un terciopelo de despertarse juntos
sin quererlo, pero ya el brillo de la mañana
entraba en silencio por el tragaluz,
y abrían los ojos arrepintiéndose
o jactándose de cosas, no estaban allí antes
ni lo estarían después, pero el presente es un tema
complicado
y cada segundo es una acción irremediable
un crescendo de lamentos y angustias
de amores sin puerto, de tormentas salvajes
y de estúpidos que se niegan con sus caras
de estúpidos
a oir que niegan
una caricia, una
descarga rabiosa de besos.



Envueltos en mantas y latas viejas
oliendo a kerosén, sufriendo el frío
y mirandose a los ojos en el cordón de la vereda
sin más que decir entre nubes con forma de perros
de sueños que anuncian:
- sos la reliquia de la primavera –
Y así, siendo reliquia en cada estación en diversas formas
siendo ignorada la condición y sufriendo una
indiferencia plagada de canciones
porque todo lo que sabíamos ser era
camisas arrugadas por las mañanas
una lapicera encontrada en el fondo del cajón
un anuncio hecho antes de tiempo una idea
perdida, un recuerdo olvidado y posteriormente.

                 Sabés las voces que me conmueven y
emprendo y emigro esperando escapar de los ecos
que me persiguen, de los murmullos reiterados
en el perfume de los árboles.

Confundo los tiempos de mi alma y las personas
en mi cuerpo, es por eso que debo viajar
lo más lejos que el boleto permita.

1 comentario:

Tu Sol sigo a Roetana. dijo...

Increible, amiga.
en el medio del pecho y las cosas, ahi moli, ahi, estás vos. te amo.


aguuu