24 julio 2010

Del hijo que sacrificó la memoria para seguir siendo NOBLE

Me niego a revolver la mierda y salpicar mis apellidos sobrevenidos, ambos de burguesa prosapia. ¿Que pretenden, necios? Un milenio atrás se me podría haber proclamado de origen divino. Mañana mismo podría ser nombrado secretario privado de Dios, o al menos su vocero secular. Se me quiere insultar develando mi origen. Quieren saquear mi bolsa, y creen que podrán llenarla con los ideales que sustentaron unos padres desconocidos hasta hoy. No, las utópicas ilusiones de quienes podrían haberme concebido no ocupan lugar en mi arcón, destinado a llenarse de oro, no de locas ideas de dudosa materialidad. Otras cuestiones que invocan no han logrado conmoverme. ¿La memoria? Mera relación humana, no más que una relación química entre islotes de comprensión. De todas formas solo podrá recordarse aquello que se les indique, si soy acaso el heredero de quienes eligen los contenidos de la historia, los que deciden que será significativo y que, o quienes, se disolverán tarde o temprano para no llegar jamás a la entidad de recuerdos. ¿Quieren conocer la verdad? Lean entonces los titulares, escuchen simplemente los frenéticos discursos de mis súbditos, fieles y esmerados. Nadie puede descreer de personas tan atildadas, tan bien vestidas, capaces de mirar a cámara con semejante convicción, al menos veinte veces al día y con el mismo tono de voz. Tanto empeño para saberme engendrado quizás por un par de adolescentes encendidos de amor uno por el otro, y los dos por todos aquellos que llegaron tarde al banquete. Tanto esfuerzo para que me pueda pensar proyectado por un par de chicos soñadores, con otro nombre y otros objetivos para mi vida, un destino distinto al que me tocó en suerte. ¿ Que ganaría yo con saber de su martirio, para que me serviría visitar su Gólgota, pisar el remedo de celda donde los retuvieron, escuchar el eco de sus gritos como manifiestos, oler el acre espanto de sus carnes picaneadas, agredirme con el rojo de su sangre derramada en torturas ? Según el criterio de mis acosadores, debería conformarme con la certeza de su identidad y la imagen de gastadas fotografías, ya que ni siquiera me ofrecen una tumba, una urna, una locación cierta de algún signo material de su existencia. No admito encontrarme en los rasgos de una abuela o de un primo, no toleraría leer las cartas, enjugar las lágrimas ni desandar el sendero abrupto que los llevó hasta mí. Déjenme, en fin, insensatos, seguir siendo Noble, sin más pasado ni memoria que mi propia construcción de la realidad, estacionado en mi dorada sentina, alcahuete privilegiado de mi poderosa apropiadora

6 comentarios:

Lena dijo...

Como diría Majul: FUERTE.

gota de Rocío dijo...

Domador de mancuspias, me parece que sos un genio.
por lo tanto hay algo que no cuadra en éste relato:
JAMÁS los "Herrera de Noble" (andá a saber cual será su nombre real) podrían escribir algo tan hermosamente... humano. (desde el sarcasmo, claro)
porque alguien que obstaculiza el proceso de revelación de su propio origen no puede ser más que cartón pintado.

muy, muy bueno!

Adrián Regules dijo...

Intenso, che.
Y maravillosamente escrito.

Esto da para decir mucho. Intenté hacerlo, pero se me complica ordenar las ideas de modo tal que no se entienda cualquier banana.
Voy a resumirlo en lo siguiente: sí, si quieren ser Herrera de Noble, que lo sean. Si quieren construirse una realidad, que se la construyan. No podemos pretender que quieran reconocerse en quienes nosotros queremos que se reconozcan. No podemos imponer identidades (la identidad va más allá de cuál es tu familia biológica). El texto me dio esa sensación: que se los critica porque no quieren reconocerse en su familia biológica. No, la critica debe caer en que no quieren saber cuál es la verdad (y acá me la soba lo lógico que pueda ser la defensa de los lazos afectivos e identificatorios; porque evientemente hay lazos afectivos y un fuerte grado de identificación con la familia Noble, por eso tampoco concuerdo con el contrapunto "materialista"). Ahí diste en el clavo, pero lo abandonaste rápido.
El objetivo no es que detesten a los Noble, a Clarin o a Magnetto, sino impartir responsabilidades. Y acá soy tajante: a ellos también les caben responsabilidades, por encubrimiento; porque sean hijos de desaparecidos o almaceneros, se los haya apropiado o adoptado en regla o no, obstruyeron y obstruyen la investigación. Sea cual sea el veredicto, ya son responsables.
Quizás interpreté como el culo el texto. En tal caso, hagan de cuenta que lo que dije lo dije igual jeje.

Román dijo...

muy bueno, muy bueno... me encanta leer estas cosas por acá...
para responder podría enredarme los dedos, me quedo sólo con los aplausos, esto es más que literatura...
felicitaciones domador de animales inventados.

Tu Sol sigo a Roetana. dijo...

Si, domador, si, escribis de puta madre. Intenso y bellisimo.

Esther Píscore dijo...

Sin palabras.
Adrian Regules, no entendiste nada!