27 julio 2010

Sí tan solo los relámpagos del consuelo vinieran,
quizás podría acercarme a tu piel.
Pero la infiel paranoia hace trampa en este juego de cartas
dónde la suma de mis miedos cosechan mi vida.

¿Acaso la vida es un casino, o creemos vivir en un juego?
¿Intentará tu infinita prescencia acercarse a mi humilde desdicha?

Aunque el color de mis ojos siga siendo igual,
por dentro desbordan de oscuridad.
Negrura de tus pupilas dilatadas.
Centro de tu iris fluorescente.

Como una brisa fugitiva, que danza divertida
sin esconderse
tu humeante pelo rozó así mi pierna
tallando una cicatriz en mi, la cuál nunca pude borrar.

En este infinito casino otoñal, busco tu sombra.
Androide pasional de tu recuerdo.
Los ases de tu ingenuidad atraviesan mi cuerpo,
formando retoques de esperanza

¿Dónde es que podré encontrar unos ojos de neon,
tan apabullantes como los tuyos?

Si tan sólo pudiera oír tu voz,
cual escala armónica,
podrían mis labios comunicarte mis deseos.

¿te aterra, como a mí, vivir en una infinita
incertidumbre,
de no saber cuál carta tocará,
ni qué juegos realizarás?

Azar.

3 comentarios:

Tu Sol sigo a Roetana. dijo...

dónde la suma de mis miedos cosechan mi vida.


a esa frase no me la olvide más, flaca. muy sarpada. en serio.
un beso,

agus.

Tu Sol sigo a Roetana. dijo...

dónde la suma de mis miedos cosechan mi vida.


a esa frase no me la olvide más, flaca. muy sarpada. en serio.
un beso,

agus.

Luli dijo...

Muchas gracias!!!!!