04 septiembre 2010

¿Por qué sufren los artistas?

El humano se cree demasiado importante.
¿El tocadiscos es quién hace la Música?
¿Se enorgullece el Sol de la imagen que forma sobre el Océano?
¿Conoce el Perro la suavidad de su piel?
¿Cree el Mono ser un animal divertido, ingenioso o inteligente?
¿Pide el León que se lo llame Rey de la selva?
¿Ve la partitura diferencia alguna entre sus notas,
o sabe que aparentemente separadas, todas pertenecen a la Música?

El hombre por el contrario,
tiene un instrumento para señalar y poner nombres.
El hombre ha señalado un pesado cajón, y lo ha nombrado
sigo mismo, y ahora vaga por el desierto, agotado y solo
con sigo mismo.

Como la vieja historia que cuenta,
que un sabio se encontró con una mujer
que llevaba una pesada puerta en sus brazos.
El hombre le preguntó por qué y la mujer respondió
Mi marido me ha dicho, no quiero que nadie entre
por esa puerta, por eso la llevo, para que nadie entre,
¿podría decirme cómo hacerla más liviana?
Si quieres, respondió el sabio, puedo decirte algo
para que no tengas que cargar esa puerta.
Eso no me interesa, respondió la mujer
y se alejó llevando la pesada puerta.

El poseído libera su despojo en el arte,
para acelerar su camino a la libertad,
pero el artista neciamente se aferra a la autoría
y es entonces que muere bajo su propio peso.

Mozart y Beethoven tuvieron algo en común.
Ambos eran genios y ambos sufrían tremendamente.
Y es que llevaban una enorme puerta.

Con frecuencia los grandes artistas generan
la sensación de que su arte no es de este mundo.
Y es cierto, no lo es.
He aquí el error, Mozart solamente era la puerta
era la música quien lo llevaba a él.

Entonces solo debía entreabrirse un poco
para que la inspiración fluyera a través suyo.
¿Qué puerta se apropia de quienes pasan por ella?
Así él cavó su tumba y así fue sepultado a su tiempo.

Borges era un escritor ciego.
Beethoven era sordo.
Ray Charles y Stevie Wonder
no veían ningún piano.

Entonces, ¿qué quiere enseñarnos la vida con los artistas?
Pero, ¿qué artistas? ¿te referís a aquello?
Ahh, solo es una vieja puerta.

Pero Mozart no era la puerta,
Mozart es el que está aquí y siempre estuvo
de una forma u otra, siempre distinto.
El Arte.

1 comentario:

Lenama dijo...

¡Paf! Así.
Porque es una idea expresada hermosamente, y un punto de vista muy interesante también, paf, tomá Malena, ahora andate a dormir pensando en esto, más que pensando disfrutando. Gracias N.H.