15 noviembre 2010

En carne viva.

No me arrepiento de mi muerte,
Ni de los pasos absurdos al infierno,
No me arrepiento de haber sido penosamente libre,
Ni del reflejo del alma en cada papel escrito,
No me arrepiento de haberte mirado en carne viva,
Ni de haberte soñado tan libre y penosa como yo.
Lo que hubiera dado por tan solo una sonrisa,
Una palabra de amor o alguna acción mágica.
Lo que hubiera dado por vivir seguro de mi mismo,
De tus confesiones, de mis traumas, de tus artilugios.
Si tan solo hubiera reflexionado por un instante calmo,
Recordar una plegaria al vacío, por si algún dios la oye.
Pero decidí cambiar libertad por unas risas,
Quitar cada una de las penas que me atormentaban,
¡Decidí ser el universo en tu compañía!
¡Y vos decidiste la nada! ¡Mi condena!
¡No te arrepientas de mi muerte!
Espérame junto al cancerbero iluminada,
No te arrepientas de mirarme en carne viva,
¡Solo así! La condena se aplaca.

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