Un tango suena, caricaturizando el desarraigo del viajero que se vuelve eterno a cada esquina. Pero el descanso de los peregrinos, el movimiento en estado estático, las piernas estiradas, son la contradicción: el viajero, en éste caso, se vuelve turista pero nunca naturalizado de la habitación donde piensa en que no está donde le corresponde.
Nacer, reproducir, morir.
Uno vive con los píes metidos en su tierra, y no los saca nunca de ahí abajo, pues lo mantiene erguido la fácil comparación de esos pies con raíces.
http://vaciocosmico.blogspot.com
1 comentario:
Me gusta. Con tu permiso me voy a pasar por tu blog.
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