19 octubre 2009

Latidos furiosos anuncian la renuncia de mi cuerpo.
La ausencia de luz, tenues sonidos de fondo, hacen propicio el clima. El frío de las paredes desaparece entre parpadeos y la quietud de las cosas se dinamiza entre ensueños. Jugando con mi ritmo, atentando contra él, intento disimular mi respirar. Hoy por la mañana tendría que haber hecho aquello, o lo otro así no sucedía esto. La solución es volver. Las cajas apiladas me detuvieron por un largo tiempo, cambiándolas de lugar, jugando con ellas, el césped aclamó mi atención, tal como lo hace desde hace años. Amigos por doquier gritando, bailando. Alaridos de fondo, susurros en la cocina. Es peligrosa la visión de mujeres sobre vestidos ajenos, sombreros voluptuosos o llamativos peinados. La simpleza parese que les molestaba; un solo signo de producción era síntoma de enfermedad. Sombras proyectadas en la pared dibujan una aparente realidad melódica que velozmente golpea en mi cuerpo y de un sobresalto cambio mi posición. Esta vez decido fijar mi turbia visión en aquel ángulo mientras aprieto mi pecho en el catre. El respirar de las cortinas simula bailarines estimulados a crear, espontáneamente fijan formas en el universo inverosímil de la realidad. Rodeándome me unen a su danza, un danzante más de aquel ballet endemoniado, poseído. Me siento cansado, no puedo frenar. El papel tapiz cambia de color y posición. Los bailarines se dispersan por todo el lugar, no dejan ningún vació visible, caen a un abismo. Intento no acercarme pero la música me lleva, el gotear de agua es constante. Todo está en orden, las cosas en su lugar. Los sonidos no frenan, se mezclan con el tenue reflejo del exterior confundiendo los sentidos. Puntos de luz, figuras en constante cambio reflejan el jugar de mi mente. Tantos puntos como estrellas forman figuras, palabras, recuerdos, rostros, sonidos, ruidos, golpes, movimientos, luz intensa, papel blanco, nuevamente figuras, manos escribiendo una carta, lagrimas sobre ella, difusa firma, un bollo, un tacho de basura, pasos, verde, mucho verde, un poco de azul, rostros, sonidos, golpes, ruidos, colores, manchas, puntos, abismo, luz, luz intensa, luz tenue, el mecer de una cuna, el danzar de una hoja, el sonido de un lápiz escribiendo, fuerte viento, helicópteros, verde, mucho verde, abismo, sonidos, manchas, rostros, palabras, gritos, luz. Mis piernas se estremecen, me obligan a rotar entre las sombras, respetando su espacio. Trato de reconocer la habitación, los objetos parecen cambiar, achicarse, moverse, bailotear, hablarme. Cuentan su historia, lineal historia, que constantemente sufre cambios. Modelados por la erosión del tiempo muestran cicatrices abiertas. Como grietas en la tierra sedienta del norte, se abren caminos ríos que marcan los pasos del tiempo, desembocando en sus ojos, la perdición. La única conexión aparente son las raíces que proveen de lucidez, de entendimiento. Sus grandes momentos, aquellos que marcan el camino de vida, quedaron guardados no se donde, perdidos en la inmensidad del sufrimiento de su rostro. Las agujas del reloj corren una carrera eterna, inalcanzable, enterrándonos a cada uno de nosotros, pisándonos la espalda y echando la ultima palada de tierra, mientras todos miran y se ríen. Lejanos, se oye el danzar de aquellos bailarines eternos, ajenos a la decisión espontánea y sujetos al hábito, la gente los reconocen, se ponen a bailar con ellos mientras lloran de dolor. Gritan, cantan sobre nuestra tumba, brindan. Una gran tela de araña degenera mi imaginación transformándose en una pista de autos imposible para las posibilidades de aquél universo, ese universo que todos creen conocer, en el que todos dicen vivir. Acordes de una guitarra otorgan movimiento a mi cuerpo. Contorsiones rítmicas, a tiempo con la música, rellenan el lecho y figuran felicidad. Que mejor que descontracturarse con lentos y profundos movimientos imposibles, posibles, artos de ser subestimados, en constante exploración, descubrimiento, inacabables, eternos, sabios, diferentes, iguales, mortales.
El ritmo esta vez anuncia, al igual que mi cuerpo, sencillez, monotonía, estabilidad, luz.

1 comentario:

El arte en su mayor expresion dijo...

MUCHIAS GRACIAS POR LA PUBLICATION!!!!

ENVIARE MAS MATERIAL :D