16 enero 2010

Viernes, sábado y lunes, también Martes en la vida de Mr Yorke y la niña Morrison:

37-

Irrelevancia clave de nuestro estado. El hombre esta desaparecido. Despertar con dolor y fiebre, el mecanismo se rearma. La suerte esta hecha no por menos convivimos con esta suerte. La debilidad siempre es previa a la caída y conforma la fatalidad. Volver a casa. La violencia de todos los sectores, los pseudo conflictos legales. Esta es una sociedad de sombras sin dudas. Me siento en parte aislado de las propias ilusiones que iba tejiendo. Sin duda, todo despertar de esta naturaleza es nefasto. Hay veces que solo es mala suerte, algunos la tienen atada. Otros no. La suerte es una cosa que desconcierta. Pero bueno, Morrison puede que no sea la muñeca puede. Pero aquello no importa es la suerte de destrucción y la recolección de fragmentos lo que me interesa. El tiempo ha pasado aplastando todas las ideas que pudo encontrar.

Siempre buscamos el destino en alguna parte. Dudamos de poder hallarlo, eso no importa. No se trata de otra cosa. Existencia solitaria, violencia, alienación. La fiebre, el clasismo, todo puede sumarse. Una suerte, una pretensión como me dijeron; “Solo te interesan esas personas que están fuera de sí, los locos”. Será por tener patria común con ellos. Nadie me lo preciso. Conforme a que uno se debilita, solo tiene por suerte que la propia gente que cree que lo entiende se va equivocar al final. Una sensación demasiado ácida la del error.

En algo estamos de acuerdo, la luz de la vitrina sobre nosotros no produce nada bueno. Todo lo contrario, la esencia de todo eso es el más profundo engaño. Así nace otra parte más de este libro. Una suerte de escenificación pero escapa a las clasificaciones fáciles. Este es el momento donde todos caemos en la sorpresa y en la suerte de resumen. De aquí en adelante no haremos más que ir buscando la manera de salir de todo este embrollo. Pero no creo que se pueda.

La gente se engaña una y otra vez, esto es inevitable. No me digan que podemos hacer algo con ese supuesto tiempo libre. Sinceramente lo dudo. No hay tal suerte de descripción sobre el lugar al que hay que dirigirse. Es el tiempo de la dejadez, todo pesa. La sensación puede que aburra. Un poco monotemática. Una suerte de castillo de arena gigante. Estos periodos son los de los periódicos, son los de las cosas que vuelan.

La suerte de la sensación, uno parece que viaja en un subte vacío esperando que alguna persona entre en aquellas estaciones populosas pero nada pasa. Todo esta igual, esa es la sensación desesperante, “nada se hace gratis, la ilusión es sufrimiento”.

Si podemos afirmar otras cosas, podemos desafiar el orden la moral. Pero estamos muchas veces igual que antes. Son aquellas condiciones que no dependen de nosotros las cuales nos terminan de condicionar. Por eso el despertar. Tratar de encontrar la cura a ese torbellino incesante de delirios puede que sea imposible. El pasado, lo escrito es imposible de modificar solo se haya el olvido. Más allá de esta frontera la nada, la nada deseada, la muerte final, una exhalación. Esta es la condición que relaciona algunos con la masa, esa suerte de fatalismo completamente desarrollado acerca de todo lo que esta a nuestro alrededor. La historia del zafar se va haciendo la consecuencia general de la inercia del sistema. Una forma de pensar me ha dejado fuera de un mundo del cual quise participar activamente, este lugar no es ya mío. Por lo menos parece que cuando llegase a cada uno de aquellos lugares no encontrase más que una serie de desiertos varios.

La suerte siempre cambia, todo depende de la moneda si tiene dos caras o dos secas da lo mismo. La suerte no siempre esta con nosotros y es el mismo tiempo el que no llega a incriminar, ¿puede dudarse de eso? No lo sé. Las cosas muchas veces no tienen relación espero que sea en parte por la propia naturaleza de las cosas. Sin embargo no se va más lejos cuando se afirma lo contrario. Si alguna vez me dijeron que no se puede ser feliz en la miseria, y que con ello la vida carecía de sentido puede que tuvieran razón. Extraña forma de vivir esa que necesita que al final los otros nos premien con su buen gusto y nos digan que hemos logrado con tamaña faena cambiar el mundo. Mi humanidad es muy miserable de eso se trata en algunos casos es una suerte de lamentación, en esto hay arte y filosofía, ser pese a todo, no mintiendo demás eso es la propia del autentico ser humano es decir poniendo en blanco, la firma de autor.

Sí es cierto, los mejores lugares quedan vedados. Puede que suponga demás, las alas no las cortan a la mayoría en la juventud. Hay en todos esa suerte de fatalismo. La ausencia de malas costumbres es mentira. No existe quien no construya a partir de sus pecados, ni que hablar. El honor por la soberbia, el amor por la lujuria, la pasión por la codicia, el ahorro por la avaricia, la contemplación por la pereza, la justicia por la ira, la crítica por la envidia, la sencillez por la gula, la poesía por la vanidad. Las sombras son las que hacen la luz. Puede que solo los libros valgan la pena. La gente termina pensado así, se debería vivir con en las películas. Las cosas quedan por fuera de la realidad. Esa sensación es propia de los parias llenos de autoconciencia, muy delirantes y paranoicos. Hay una suerte de resurrección con todo lo absurdo que ello implica. El fatalismo de hoy, nos quita el mañana.

Morrison soñó que estaba en un subte y que su propia sangre la ahogaba. Una suerte de predicción sobre su muerte, a manos de una salud traidora. La luna llena predestina la muerte de algunos seres, cadáveres que están en medio de esa luz blanca y fría, impregnados de toda esa indiferencia. Se me juzgará de carente de experiencia, puede que tengan razón, puede que solo sea un ente que imagina mirando solo por la ventana. Pregunta, ¿puede que si un hombre que tan poca cosa ha sido llegase a formar semejante delirio? Ustedes, los hombres de acción exitosos, ¿puedan vivir vidas más interesantes? Por algo esta suerte de demonio que se llama arte sigue entre nosotros. No es en vano, tampoco lo será vida del distinto, no lo es. Sí muchas veces es justamente aquella miseria lo que hace brillar lo demás. Toda pobreza nos sorprende, incluso la pobreza de humanidad.

Uno sueña con la normalidad cada tanto, sueña con esa vida que sabe que no va a tener nunca. Intuye que en el fondo el mundo esta hecho por lo menos en apariencia para eso. No entiende porque los errores son tan grosos, la gente misma encubre sus huellas, ese mundo de la convención esta plagado de miserias, “el sexo es vacío” según se dijo, yo no, y la gente más interesante se esta por encontrar.Lamentablemente los perversos, los tullidos y los ciegos, no tienen lugar en los crímenes comunes y por lo tanto son de lo peor. Producto como siempre de la vida que esta gente lleva, una distrofia en la percepción. Vivo entonces enfrentado a fantasmas de todas las clases. Ellos son los que en parte me han hecho dudar cada día desde hace años, no puedo dejar a la mente en paz, ella me llevaría al suicidio. Sin dudas.

Hay una suerte de crueldad, una suerte de cosa que yo llamaría Constanza. Un recuerdo envenenado que me confirma porque siempre viví como viví. Parece que algunas formas de vida tienen ADN peligroso. Muchas veces así se desafía al tiempo no se hace por medio de vidas ejemplares sino por obra de miserias y estupideces. Mierda, sudor, sangre y lágrimas.

Morrison es parte de esa forma obsesiva en la que vivo. Las cosas giran en torno a espacio reducidos, ¿vale la pena esperar? ¿Vale la pena querer? ¿Interesa correr? La respuesta se nos presenta incomoda. Por lo que sé si, vale la pena, es la propia vida la que se apuesta. Parece que al final todo fracaso es señal o del rechazo o de la cobardía sin más. Entre los bostezos propios trato de mantenerme lúcido. Por lo menos eso digo. Este mundo ya no es mío. Nunca lo fue pero la simple idea hoy me parece irrisorio. Estos libros fundan mundos. Solo aquí Yorke puede pretender ser alguien. La novedad altera las cosas, uno no puede estar previendo todo. Las citas en el propio loquero tratan de ayudarme a olvidar el proceso. En una silla balbuceo en parte ese mundo tan inhóspito como el de la privacidad humana, luego de oír miles de veces promesas vacías. Latinoamérica es así, tierra de raros, aquí esas cosas tienen valor, nuestra decadencia cultural nos lleva a la propiedad de la barbarie a la carne con jugo, diciendo de otro a abandonar las dietas y la ética. Uno a veces se pregunta por el apego puede sí que no haya dudas. Uno espera no ser. El relato es difícil para el que no va como el sistema quiere, la gente se siente humillada y enferma en muchos casos, en otros es demasiado pobre. La suerte del peronismo de derecha que me han dado a llamar.

He sacado de Morrison todo lo que he podido menos su libertad. De eso se trata después de todo. La cuestión por los libertos. La gente tiene un pasado por ofrecer yo solo libros, ficciones, anécdotas, las cosas pesan poco. Aquí esta la fuerza de la propia afirmación. Todo irracional suena a fracasado y así quizá termine por ser interpretado. Las tetas no aparecerán en el atelier solo por arte de magia. Francoise, mujer inexistente, tendría que suplir todas aquellas deficiencias una y otra vez. Contraponiendo un destino tiene que estar pactado, así no caemos en la simplicidad. Algunos eligen la estatura social, otros eligen pertenecer a lo que sea, y por último unos pocos eligen vivir de las experiencias sean las que sean y no dormir casi nunca, esos nunca se dejan llevar del todo por más drogados que estén.

¿Ausencia de carisma? ¿No creen? Si es la forma en que he vivido desde que conocía a Morrison, puede que nunca haya sido tan sincero. Puede que desde hace tiempo no haya querido mejorar siquiera un milímetro, toda la suerte de otras cosas, me pasan por el costado sin poder terminar se joderme. Ella pudo ser en ese sentido efectiva sin miedo fue mostrando todo lo que quiso. Yorke como siempre brillo por su ausencia. De alguna manera solo así se hacen las cosas. No necesito tantas compañías, no todo esta escrito, los diferentes por carencia o por exceso joderemos a la sociedad, suerte de rebaño estúpido por funcional. No configuro yo más la especie de gente que puede afirmar muchas cosas realmente relevantes.

Pero si esta suerte de fracasados es en sí la gran suma de la gente realmente existente porque no plantearlo desde otro punto de vista. ¿Hay algo que se pueda esconder de todos estos relatos? Creo que los borrachos se han acumulado en las calles, las villas miseria son gigantes y los barrios privados son puntos ridículos. Lo mismo es el desarrollo frente a la barbarie. También lo es el científico frente al ignorante, ¿no perdieron ellos? Parece que así es. El poder en manos de asesinos como siempre ha sido hoy tiene medios para la matanza mecánica y no otra cosa. La suerte de postmodernismo decadente que es la tumba de estos últimos burgueses que piensan que no pueden hacer nada más por la historia es lastimera.

Este será el reino de los tecnócratas y no de los que pretenden ser artistas, la patina de lo eficiente es la que rige y no la poesía. Por eso el materialismo en todas sus formas implica la muerte de todo eso que se dice sublime. La carne se pudre después de todo. El metal es brillante, las luces intermitentes, la maquina, la red, ellas pueden más que el hombre, y nadie quiere ir contra ellas. Incluso ella, la razón de la maquina nos dice que ser, si somos lo que nos dicen somos como maquinas vamos bien, sino somos una suerte de miserables confinados a una suerte de existencia. En eso se jacta el discurso de la hegemonía y esa suerte de las nuevas libertades que parecen el mejor invento de los últimos cien años parte de las clases dirigentes.

Así en este descanso del delirio podemos repasar un poco que lo constituye, hay un porque por lo menos una intención de porque, esta es la suerte de descargo. Las excusas, estético-legales, una de ellas el discurso si más confuso más real. Tanto que no tiene sentido ver en la televisión un discurso ordenado. Solo hay un medio que nos retiene entretenidos, sujetos, y esa continuidad de imágenes elementales suele llevarnos a la misma situación. Esa que nadie sabe decir porque parece que en ella esta la solución de la vida, vivir de lo que otros en parte ficcionalmente han vivido. Lo divertido es que esa misma sociedad es la que se ha reído de los primitivos, esos que tenías ritos en todas sus formas y ha declarado ser la portadora de verdades. Esa misma que ha vestido de imágenes propias al mundo luego se dijo ser una portadora de mentiras y por ello no se perdona. Parece que es la puñeta de un patrón que no esta convencido de lo que hace. La conmiseración con el esclavo es una reflexión posterior. Es el amo mismo el que esta jodido en el sistema y por eso dice que el esclavo esta mal, y lo peor dice que lo libera.

¡Suerte! Así se deja al esclavo solo es el descanso. Puede que el agente quejoso sea en parte un elemento no satisfecho de las migajas del sistema. Pero…. ¿los comen las migajas? Esos que portan la realidad, la existencia de palomas ¿tienen un pelo de valor? Suelo entender que si todo es un juego o una suerte de convención no queda entre nosotros un culpable mazo menos loable. Sí hay algo que me llama la atención si es por medio de la alteridad que se descubre lo nuevo, no puedo entender como estos hijos de palomas tengan el poder en este siglo. La suerte de coagulación en el desarrollo de la propia ciencia cuando se hace incestuosa o mejor dicho cuando la filosofía la destroza y la desviste dejándola como una puta barata. Es ahí cuando la propia gente, la propia cúpula de sabios quiere prender fuego los libros, sienten esa pasión subterránea y papal. Como se puede ser tan inoportuno de inclinarse a uno mismo con lo que se piensa. Si esa suerte es la que le queda al arte, la moda, si la moda frágil, la tendencia, la vanguardia es permeable, se recicla y se equivoca. No por algo el pueblo sigue como zombie, y no por eso es menos pueblo pero es pueblo o intoxicado o lleno de ideas ajenas. Es decir humanos arruinados y lo peor no para sus propios fines como pasaba en la unión soviética o quien sabe en donde.

La masa que se levanta en el siglo XX conocedora de la atrocidad de esa burguesía infernal asquerosa e inmunda la cual es la fundadora de esta cultura, sino hay que hacer relecturas sutiles del nazismo es la que no tiene tal cual estamos. Caminamos hacia una serie constante de genocidios, la generosidad del liberalismo es proporcionar esa suerte de abanico. El gobierno del hombre se ha fundado en forma simple, la propia muerte del hombre es el gobierno del hombre. Ese que necesita de las migajas de todo tipo, esa bestia que no es bruta sino que es indolente. La muerte del propio Nietzsche que ve fracasar a manos de sus propias promesas la vida y sus consecuencias. Los nuevos burgueses enojados no tienen nada que hacer, si les enseñan a sospechar ¿cómo van a poder matar?, ¿cómo van a poder ser reyes?

La pregunta siempre es y será política porque puedo ver que el hombre casi renuncia a todo menos al privilegio del poder y al privilegio de humillar y segregar. El honor esa suerte de distinción purista tiene su presión psicológica. La literatura es la puerta de entrada a la rebelión más inocua pero más corrosiva. Ese decir puede ser molesto justamente para esos que basan su poder solo en el decir como hoy ocurre. No este el mundo del gobierno de los guerreros esos que saldrían a la calle a defender lo suyo con un cuchillo, este es el mundo de los torturadores de los cobardes por excelencia, muestra de la ultima excreción burguesa la cuales muchos de nosotros tenemos el orgullo de pertenecer.

Solo hoy unos pocos dicen la verdad, la suerte de la desobediencia civil tiene que llegar a la estética y al discurso. La suerte de snobismo burgués ha cooptado al dadaísmo la comodidad es una suerte de escape, el sillón y las neuronas desechadas pueden resultar útiles pero solo será otra generación que se irá al tacho de basura.

Sí podemos decir otras cosas, podemos decir que eso que vemos es lo que nos apetece pero llegaríamos al límite. ¿Qué es el apetito hoy? No por esto haremos una disculpa al discurso de los ganadores, ya que como siempre, y como nos gusto Nietzsche decir hay todo un esfuerzo hasta moral porque existan dos versiones, la castrada y la libre, el señor y el esclavo. Sí hay una versión que es el nuevo fantasma de Europa, serán los bárbaros lo que harán estallar ese mundo. O tal vez, como en el caso de Nietzsche daré las noticias falsas como una ultima voluntad evangelizadora. Su error, tener demasiada fe en el hombre una vez que este luego de todo su pensar no era más que una suerte de azar. ¿Para qué superar el azar?

Una verdad sin documentación es decir, una suerte de gris entre grises, un desafío barato. El relato sin embargo puede seguir porque tiene la suerte de ser enredadera en el buen pensar. No hay que ver las cosas en el sentido de los humillados sino de lo que tienen que humillar es en el sadismo donde occidente construye la verdad, sino porque nos mueve tanto la diferencia, el privilegio. Las palabras, el propio beneficio. Un bien que queda en uno una suerte de temor a la castración de la conciencia. Hay que repensarlo. Ir dos veces por el mismo camino que solo tiene huellas.

La suerte del arte es la de superar a la filosofía llegado el momento. Los vientos pueden que cambien de una vez. Es el giro Picassiano, una suerte de creatividad legisladora. Una suerte de gran patada al tablero. Estos artistas que intentaron superar al orden solo pudieron salvarse ellos, el tiempo se acorta. El público puede que muera. La política y el arte tienen que dar fin al reinado de la filosofía y la ciencia. Una puesta en común, una técnica, una fuerza. Las ciencias tienen que ser esclavas del designio de las grandes decisiones. Hay que dejar de lado el cientificismo el cual solo deja raquítico a quien lo práctica.

¿A qué viene todo esto? Supone que la muerte del arte no es otra que la muerte de la voluntad de saber sobre el arte. Supone el desencanto de entender la vida, la vida no entiende, la vida se experimenta y para eso la ciencia es inútil. La ciencia es la que da las herramientas pero se necesita algo que pocos tienen, un elogio propio de la locura, una suerte. Un privilegio. Esta escapa a las clases, esta es parte del mismo azar. Es decir es estética. El rebuzne socialista suele ser así porque ya no tiene romanticismo alguno. Lenin, era un político, Althusser era un cobarde.

Nosotros aprendemos de nuestra historia porque somos los hijos de la verdadera modernidad, ya que ella es la que condena a Europa llegado el momento a ceder. El descubrimiento era el principio del fin, el vaticano ya estaba por resquebrajarse. La cultura de los otros, eso somos. Alberdi era un poco estoico ya que sabía que intentar poner el pasado en el futuro es un desperdicio, lástima que los signos parecían decir lo contrario. Ese es el divino fracaso alemán, esa cultura que se dice la de los filósofos, esa cultura de las cancillerías. La verdad es que viendo en profundidad, la historia moderna es francesa y también inglesa, pero cuando se piensa en grande se piensa en francés. Los ingleses son los que nos dieron esos usos prácticos, fundaron lo que tenemos por escenario, en Francia se hicieron todos los guiones.

Por eso estamos en esa suerte de decadentismo profundo y supuestamente populachero aunque nació de universidades. Porque sabiendo cualquiera puede ¿no? Lo difícil es no saber, elegir, tener que decir que sea, y que sea lo que tenga que ser. Este es el gusano de la biblia cosa que los buenos alemanes casi no destierran. Aunque cierto es, ellos son los más débiles de los creyentes y por algo hay que respetarlos. Nuestro diario padece de todas estas cosas.

De todo el delirio tenemos esta suerte de conclusiones que nada tiene que ver con la historia. Pero si tienen que ver con las fuerzas que se chocan por ahí, hay en el toda suerte de intentos mercantilistas, fragmentos de suertes de publicidades que deben andar por el subconsciente, la suerte de la patología que se padece cuando uno toma conciencia de todo aquello.

Si, la Morrison es parte de un mundo que como narro esta en medio de una transformación esperamos que sea para el lado que nos interesa. Si es para el lado de la gran estupidez esa que patrocina la muerte al fin de la humanidad poco importa el nombre que le pongan será una excusa más para el suicidio fraticida. Cosa que en el fondo a la burguesía no le importa porque como esta viendo su proyecto se acabó ya hace tiempo.

La verdad la que nos mantiene en ascuas, ¿podremos tomar el poder? Si nosotros, los que somos los parias, es decir lo que somos el proyecto nuevo. Somos los que estamos ahí, ¿Por qué no hay valor? Porque tememos degollar al antiguo enemigo. Porque esperamos que el nos deje pasar. Si ellos mismos no mataron a sus padres, si ellos mismos no se jactaron de matar a sus hermanos. El mundo no se funda por abrazos. Se crea por puñales. No hay familia, no hay aliados, no quedan espacios para ocultarse.

Este tiempo se impone. Un ritmo, nuevo ritmo que tiene por sentido cambiar la faz de la tierra, porque el fin de este tiempo, esta crisis, la cual se nos antojará un día inmanejable nos llevará a la extinción.

Solo cuando uno se enferma de algo en particular puede sacar estas ideas en limpio. No se trata de pensar en los sueños sino en las necesidades. Este mundo esta necesitado de una limpieza de su cultura basura y no creo que el costo por derribar lo viejo sea tan malo.

No obstante siempre hay cosas que quedan disueltas. El mismo inconciente de Morrison me lo dice cada vez que se fuga. Si una suerte de fisión, ella misma creo que lo tiene en cuenta. Yo por mi parte solo tuve esta enfermedad como un agravante a la suerte de mi aislamiento pero como esperanza de mi lucidez. La historia de mi vida fue ese sábado muy clara, vi perder una guerra dos veces pero la risa me ayudó la pelea siempre estaba perdida. Uno puede ver al pasado pero verlo con indiferencia, lo seductor de ese olvido me dio felicidad. Una suerte de éxtasis final, hable con el fisura acostumbrado me vislumbro como una suerte de Bob Dylan, claramente estaba ido. No quedo de otra, la gira fue esa, una parte me dijo que era más “bohemio” me miraron de lejos. Había unos infelices que no conocía, ella la mujer que ya no pasaba nada con su pulcritud con su idea de limpieza me repugnaba. De alguna manera su manera de ser era ya de descarte. No digo esto en vano en parte es terrible ver las cosas así uno se pregunta si el pasado valió la pena o si incluso el presente vale algo. Las interrogantes son absurdas, ella se fue primera que todos, ese lugar; su ruido, sus clases bajas, su suciedad, aquellos vasos de plástico mal lavados no la estimulaban. Por algo siempre tiene esa expresión felina pero asustadiza esa expresión que de desconfianza por todo aquello que no puede entender.

La suerte del relato no muere allí. Por otra parte una de las mujeres que cumplía años se veía esplendida y eso es el presente que me engaña que me hace invertir los valores. Uno siempre re piensa lo que hace, pasa por la serie de pensamientos de ese tormentoso pasado. La gente se nos presente agradable pero esta en sus cosas. Uno también se engaña en su suerte de felicidad. Por otra parte los viejos amigos siempre están a su manera viviendo. Uno teme menos al ser humano gracias a ellos. Las otras cosas se nos presentan raras. El cielo, la lluvia todo lo que puede pasar. Alguna cosa extra. El domingo fue un día extraño, una suerte de espíritu marciano me hizo que caminara Nueve de Julio de forma desapasionada. Tanto que parecía que nada tenía que hacer allí, así es la suerte de los domingos a la tarde cuando cae el sol. La ciudad esta aterciopelada y sola, su basura, los que habitan entre ella tranquilos, el trafico relativamente lento. Los árboles quietos, menos ruido de lo habitual. Sí, una sensación extraña, vestido con ese tocado ritual inventado. Paso a paso por allí, una diez cuadras hasta llegar a la avenida Santa Fe. Justamente ahí veía lo tonto del supuesto paseo, andar por entre esas calles era antojadizo. Siempre lo era.

Pero eso no quedo allí una suerte de destino me llevó a esos actos sociales que suelo rechazar. De esa manera llegue a estar en medio de algunas personas en un sótano y procedí a dibujarlas de la forma más desapasionada que encontré pese a que ello no tendría por sí mucho sentido trascendente. Un ejercicio desapasionado termina por ser el dibujo por lo desapasionado en general. Se presenta como extraño ante nosotros, una suerte de cosa ajena pero familiar sale de nuestros dedos después de todo. Así pude tener en mi mente aquella gente poblé de copias todo eso. Una bendición vi perfectas figuras para el dibujo. Eso es una suerte cada tanto el ojo encuentra lo que quiere mirar. Esta es una suerte de profunda melancolía quizás producto del síntoma final de la enfermedad. Aunque claro que justificación chapucera es esa. El lenguaje esta por estos momentos poco anguloso. Por algo se cuenta lo que se cuenta. Lo extraño siempre es la dependencia fantasmal hacia Morrison perfecto delirio de mi existencia, fuente contradictoria. Es decir, quiero saber de la muerte de mi muerte gracias a Morrison no quiero andar huyendo siempre. Eso me resulta extraño dejándome entre lleno y desesperado.

Pero antes la anécdota dos mujeres destacaba, dos presencias diferenciables. Una mujer alta de rulos finos, una expresión extraña una suerte de incomodidad, y un olor a “coco” solo decodificable a través de bits. Si unos ojos dignos de mujeres de Klimt, nuevamente no era esa pasta la que me hizo Morrison una vez. Pero uno tiene que seguir en sus cosas más cuando dibuja. Un cuerpo delgado, unas piernas y unos pies no tan bien pulidos. Si su manera evitar la agresión de la mirada ajena por ello la dificultad de dibujarla. Esta se contrapone a otras que andaba valorando una suerte de viaje al pasado.

La otra mujer, una cosa preciosa que arrancó los de mi orbita una forma simple, llana. Una forma en gris, una mini “aurora” pero mucho mejor, delicada forma, rasgos cortos cuasi pintados. Una forma divertida en que Dios hace a la gente. Es probable que su pelo sus huesos, sus átomos sean profundamente estéticos. Aunque es un caso lleno de indiferencia emocional, pese a que conmueve no hace eso que siempre se necesita arrancar todo aquello que nos llama la atención en medio del tedio allí radica todo sueño posible de arte. Otros lugares quedan de por si despoblados de alguna posibilidad remotamente igual. Me acusan de ser complicado y sin duda que tienen razón eso mismo lo supe cuando estaba en tribunales a las once y media de la noche volviendo a mi casa. Ahí había algo de lo inconducente porque en estos días uno ya no sabe porque vive pero si sabe que tiene que vivir. Es más divertido que otros estados anteriores.

Una suerte de nihilismo que siempre pone al hombre con la dependencia de su soledad en una sociedad que lo encadena a la muerte como el noruego que se quiso matar tres veces y tres fracaso, aquel que no siquiera pudo resucitar sino que fracaso en su muerte, aquel que le prohibieron ese lado mágico. Aquel que tenía los pelos alterados y que con su vida no hacia más que negar la pasión fundamental. Su historia, no era otra que esa. Cuando nosotros nos hundimos en la oscuridad ellos se suicidan en la luz, moderno, contrapuesto, andante a tropiezos. Si ambición, ¡Muerte a la policía! ¡Larga vida a la Santa Confederación!

Si la suerte de esto es inevitable, el arte es el escape de la propia muerte del diferente ese lugar donde encuentra el árbol donde ha de vivir. Alejado de las arboledas ajenas donde la convención manda, donde la gente cuando muere se cae. Siempre tenemos esa sensación huesos contra huesos, una suerte de rudimento. Una fuerza que no determina más que con el ruido de aquellos huesos. Pero… ¿no creen? El simio era la apoteosis creativa, su música no se oía. ¿Dolor? Frente a lo patético del mundo la resistencia del delirio. Sí la burguesía se arrastra como todos al final. Las madres a veces exponen que sus hijos salen malogrados, las puertas se dejan abiertas, los edificios se abandonan. El calendario no escupe. Para, duerme. Pero eso no es nada. Si lo fuera, la gente sería conmocionada, la computación no salvará a la humanidad. ¿El arte? Mucho menos.

Nuestra cultura tiene esa suerte de fatalismo, mi muerte es la suerte del abandono. El olvido, Morrison se hincha sobre su propio vientre cuando ve que esas convenciones son tan débiles y pareciese que reventase de gusanos. Nuestra época es la de obscenidad fotografía, la cuestión pornográfica, la sesión de autorreplicantes de la erótica pura. Esta es la suerte del arte de verdad que es la prueba de la infamia humana. Constituida a sí misma como la negación de la vida del éxito es decir como la eterna forma en que se incrimina al burgués. Cuando las mentes con pocas tejas piensan en la denuncia, se están limitando. Muchas veces ver, no es acusar, es decir. Todo es un poco así o un poco de otra manera. Ese es el sentimiento. Una forma de sentir infame reclama para si un mundo, entonces tiene que hacer un libro. La frustración de alguna que otra posibilidad lleva a eso. No importa cuantos ensayos se yerren, no importan ni los cornudos, ni los pajeros ni lo evasores. No importa ya cuanto se invente. Solo ese que tiene el sentido perverso funda lo nuevo. Arranca las ropas contra la voluntad de lo que se ocultan en ellas, los empala para que otros se rían de ellos y de los otros. Hace una suerte de rito en medio de la crueldad. Por eso se ama desde los huesos hasta lo profundo de las heces. Se ama en la miseria misma de la realidad tal cual es. La idealización es un ejercicio de la mente una conjugación de estados.

Sí hay una suerte de mentira pero también de sensación más contradictoria entre la miseria y la paz. Es decir, una paz que llega a cualquier costo al final, los esclavos duermen por cansancio pero nunca sueñan con otra cosa que no sea esa libertad, no sueñan con ser esclavos, sería extraño que eso pase. Lo mismo es la suerte de quien escribe para esos que ve pero que no puede tener, el dios que se frustra. El mediocre fabricante de biblias de segunda, el ciego que dice que se no puede hacer entre medio de las sombras otra cosa que no sea un relato.

Después de todo en esta planta mayúscula de desconocidos no se necesita ser tan original. Siempre se pretenderá ser otra cosa que no se es, algunos tendrían por la biografía que nos gustaría mostrar y por eso estamos honrados de conocerlos es nuestra manera más sincera de pedirnos disculpas. Lejos esta el que escribe de no querer hacerlo sus pecados son ante todo; primero, una ficción que sueña con realizar. Sueña el hombre que algún día no sean más que una suerte de acertijo inventado un deseo por hacer.

Así es la vida en estos días, donde a Buenos Aires la trastorna el discurso progresista de la civilización. Si un conflicto que pone a los hombres a pie y les regresa a la distancias de la pampa, la pampa peronista, la pampa de cemento. Los papeles, los diarios no se reparten y todos los que no quieren oír las noticias cruzan con aquellos aparatos que reproducen música para sus cerebros. Pasar por eso dos veces por el corazón de la ciudad no es chiste.

Uno siempre fijaciones que le quitan el sueño también producto de ese imposible asemejar con la maquina. Perdemos contra ellas, pero no queremos. Una de esas cosas el verdadero espíritu de la manía se nos presenta como algo real y concreto de forma que al final. Estamos haciendo lo que podemos haciendo mechas a cada rato. Así se van los cigarrillos, así se consumen las grasas, los plásticos también por la misma inercia se gasta. Las clases se odian gracias a los conflicto y se odian a muerte no es el ser depilado europeo es el burgués más antiguo rabioso el que se indigna cuando la plebe le toma el país que según el no termina de salir nunca de ese infierno que se llama “demagogia”. Así se hace culto a las cosas por las mismas calles que en la semana son el campo de batalla campal donde las guerras de la producción se hacen historia.

Por algo estamos en medio de este cambalache, un coro de periodistas y lacayos. Todos chupamedias, todos funcionalistas, todos hijos del sistema. Sin embargo eso no afecta tanto como parece a los átomos más esenciales, los hombres del llano, los hijos del vecino. El medio que se enfrenta al político y las dudas que quedan por parte de un conjunto que no sabe a quien seguir. Pero por otra parte la vida cotidiana es otra cosa, un asunto místico porque la gente no quiere tener que cargar con todo aquello que no le pertenece, eso que ha heredado solo por nacer entre millones pero para lo cual parece que no fue creado. La masa es la negación de la vida pequeña, le impone sus caprichos, la gente en sus pequeños pasajes queda sola.

La ficción de la estrella del privilegiado enferma al hombre que no termina por ser la masa porque por más que busca repetir todo lo que intenta fracasa sin ser más humilde que antes. Si es el hombre de la propia basura, una basura que nos suena extraña. Al menos a mí. Mr Yorke esta por detrás todo ese delirio de estrellita pese a que su juventud tuvo esa enfermedad tan terrible y tan burguesa de sueños de éxito solo porque los padres o quien sabe quien los implanta. Sí ese es el vicio que termina por pudrir a la generación esta suerte de fracasos previos, esta ironía de ser feos por nacer. Esta cosa que nos aleja de ese mundo de novedad y nos mete en el cierto y concreto mundo gris de la calle con su ruido incesante. Sin embargo para mí este lugar es la plenitud de la libertad frente a la terrible y malsana dictadura mediática.

Somos una especie de engendro insensato y babeante estimulado desde sus propios genitales, así estamos en pleno disecado mental. Sudor y conmociones internas que hacen la especie final, la carne picada más allá del bien y del mal. Su suerte del éxtasis del atravesado o el que atraviesa. Yorke, Morrison, la mujer de Gris, otra y otra. Quien sabe, un fascista puede ser tímido pretendiendo ser buena persona. Nunca se sabe al final de que estamos hechos. Hay un dueño dogmático en pos del engaño, no hay escuela para escribir sobre eso, no existe un tensar. No hay arco, no hay pincel, este es el oficio de las teclas. Frío desprovisto de excusas casi innato, el experimento que desgarra. ¿No cederá? ¿No entrarán murciélagos a nuestras cabezas? A mi eso me importa poco, he aprendido con la gente que cada uno tiene su manera de moverse de amar, de ser, de ser una mierda, de sentirse miserable la cual puede ser inexpresable. Esa realidad carente de sonidos es algo que me ha llamado la atención la vida entera, tu conciencia es la que hará oficio de mi voz. La cosa más familiar será que termine si hay suerte de imprimir el libro en vos. Aunque ellos los libros ya se autogobiernan y dan sus propias batallas. Nada se puede hacer, si se espera que otra cosa solo se conciba otro error. Un texto no es hecho por nadie, un texto pasa, es como cagar o amar, cantando o llorando. ¿Mr Yorke? ¿Esta usted bien? Creo que no. Doy puntadas a mis ideas conforme a mis conquistas en el campo reciente. ¿Las lesbianas persiguen a Morrison? Y puede que sí. ¿Quién sabe?

Un cuarto de mi casa ahora es violeta y nadie quiere dormir allí. Por la pintura por su olor, Morrison me dijo que vendría mi estomago, mi próstata y mi sentido de la orientación se sintieron complacidos. Como dije ella misma es el placebo existencial por excelencia por más errores del buen juicio que tenga. Siempre voy a mirar aquella casa que dije perder en el mar pero aún sigue en pie junto al ferrocarril. En ella cuando las luces se encienden se que pasa una vida que soñé hace tiempo pero que no puede más que sacarle fotos un día. Mala leche al final. No hay medias que pueda extrañar de alguna manera eso es ser desquiciado, no implica ser solo una especie de reventado que roza lo patético. No se trata de tener amigos peligrosos en cuanto a que no se los puede dejar, no se trata de invadir casas para poder dormir. No es la búsqueda simple y llana de no conocer todas las mañanas. Muchas veces solo así se entiende la traición al propio origen como una especie de profunda maldición y estos días son los que se comprimen.

Los que me quitaron alguna gente los cuales me dejaron diez cuadras más allá de donde yo quería. Estas son las partes que a la “rubia de barracas” se le escaparían por ejemplo. Nunca me sentí más defraudado que el día que conocí a la propia rubia siendo ella tan simplemente interesante, me dejó esperando que un día la volviese a ver pero ahora se hizo un juicio. Eso no es necesario por lo tanto simplemente se volvió un obstáculo a borrar. Morrison es las estrellas de la noche es decir el detalle que denota que pude ver algo de esa noche que pudiera decirme más de la noche que la oscuridad y eso me hace feliz. Una arcada de felicidad, una forma asquerosa de ser el mismo pajero miserable sin redención pero que tiene los pies de dulcinea para besar profusamente. Algún será el foro ese que decida sobre esto. Ojala mereciese la censura pero no creo que hoy eso sea posible. Al servicio de la impunidad trabaja nuestro arte y la gente que teme verse en esta guerra queda atrapada.

¡Infame! Soy por no poder cambiar más no por querer, eso me hace humano y pecador es decir querible. Si me pone en cuestión de sufriente que alguna loca se vaya a ver zapatos no es menos que cuando me saludan de la vereda de enfrente para irse. Igual uno se cura hasta de ser uno mismo sea lo que sea, en el grado sí de paranoia mas extremo.

La mujer de “gris”, creo que se ha ido a la misma velocidad con la que vino pero tal vez sea solo un engaño. Como todo engaño tendencia hacia el remolino y por eso, solo por eso el apetito quiere ser asesino. Quiero moler su cabeza a golpes sin piedad, maldita sea, la locura, impotencia, asesino serial. ¿Quién sabe?

Sí es así la maldita puta costumbre de ser el animal raro en la ciudad y no importa mucho lo demás. Hay otras cosas que pasan a los hombres en esa forma individual que no son burguesas. Son cosas que impregnan la vida, son esencias, humanidades. Nunca será excusadas por la normalidad ni por los libros que se lean, no es la forma, ni el contenido, es el andar único aquella dinámica que busca impresionar. Porque esta es la era que piensa que burla de todo menos de lo patético de algunas formas de resistencias que humillan o intentan humillar aquello que buscan eliminar. Eso de no tener honor o por lo menos no pretender tenerlo pasando por el lado de lo ridículamente necesario cada tanto debería cansarnos. Nunca sabré cual será esa pagina donde la cultura se reacomode y sea más terrible que antes. ¿Puede hoy decirse que vale la pena eso?

Puede decirse que no. Puede afirmarse que todo ya fue dicho pero la maquina no a va a parar, será entonces el reino de la voluntad se va ir frecuentando el olvido por todos los medios. Sí no es otra cosa. Una suerte de sincera dificultad para escribir, para narrar, es decir una suerte de inexistencia. Siempre será así, no hay que imponer la miseria solo hay que encontrarla. Lo sublime fue una ilusión tan extraña y tan corta en el historia humana que casi nos sorprende que pueda haber llegado a aparecer en algún momento. La necesidad en toda su fuerza nos ha regido y así es el destino de estos grandes monos, el no poder superar nada. Sin embargo eso no evita la ficción, no evita el museo, ni la culpa. Todo lo que se pueda decir se lo dirá, ojala sirva para algo. Si viésemos lo patético de nuestra felicidad, entendiendo como a cada paso no hacemos más que jugar entre lo que esperamos y lo que obtenemos. ¿Cuál sería la conclusión? Creo que es más difícil de lo que se piensa, ir hacia la muerte cantando eso ser feliz, no esperar a ser atropellado ni a caer enfermo. Todo el misterio radica allí, la creación, la suerte.

Espero ser de esos infames que un día logra hacerse el traje a medida y que vivirá desesperado cada paso y cada cosa le parecerá importante. Esta suerte de bastardo que se dio el sentido abandonando todo aquello que le podría haber llegado a interesar. Pero es que las mismas pacatas antiguas y viejas ¿me entenderían? No puede que no. No es el problema fundamental siempre se podría migrar más lejos.

¿Dafne? Anteojos negros, hablo del pasado que nunca me imagine. Se entiende, si la locura no es más que eso. La observación de unas uñas redondeadas, la sacralización de un rito. La propia costura molesta cuando pase siempre los mismos lugares, pienso que alguna gente ya me esperó por muerto es el caso de Atenea, me dio la libertad de morir la deje, me morí, muerto yo en mi convencional conocí a Morrison, nació Mr Yorke. Citadino, calenturiento, de tres capas de alquitrán. Ya dejó el racismo de mierda, ya lo dejó. Pudo ver que su vida no era tan mala pero no era buena tampoco, Mr Yorke supo de la ficción y de lo terrible de desear lo que no puede contar. Una suerte de copulación mal vista, pero eso no importa siempre existirán las obsesiones. Esas cosas malignas códigos solo para iniciados, el que se aburra que se mate, no soy cine, no soy televisor. Soy libro. Puedo hacer pensar si quiero. No te lleve el sentimiento si la reflexión, abandonemos la tesis alemana. Algunas escribidoras que tuve el gusto de conocer les pesaban los culos. Por algo la mierda que hacían, y si entiendo por mierda su mierda, es porque mi mierda me gusta nada más. Puede que haya una mierda que no cambie nada, pero… por lo menos a honrar la mierda. No se la deje en el olvido. ¿Dónde te enseña a vivir? Con esa falta modestia, ¿será el titulo? Sería un sueño de premio Nobel. Prefiero la muerte segura, el cadáver del escritor. Sueñen más cojan sin presiones, sean un poco menos dependientes de esta bendita estructura que quiere hacer del arte algo así como una regla.

De todo, lo mejor, Morrison. Sí mi manera de ser leve y ser a la vez feliz. A la mierda con lo demás el discurso generoso siempre se va por el caño al final parece que el mundo no quiere ser salvado todo capricho por la humanidad ¿Qué es? Supongo que una falta sensata de socialismo y una falta aún más de predicción. Nosotros controlamos no predecimos por esto estamos como estamos, no podemos evitar que para segurar el futuro lleguemos a quitar algunas variables. Maldita mente suprema, burguesa y materialista la que crea una maquina que nos vuelva obsoleto. ¿Por qué? Los persas podrían haber ganado. Podría ser este el mundo de una teocracia ridícula, no paso. Occidente se hizo faro y así fue carcomiendo todo. Sí la excusa para coger se va acabar el mundo. Podría ser útil, nadie es tan feo en el juicio final. Todos dejaremos morir gente mientras vamos muriendo para poder con suerte morir bien. Viven las naciones y las religiones, las tecnologías, es decir todo lo que es no es humano, muere el amor, el odio, muere el sentido. Lo humano es tonto es frágil solo cuando se lo cree tiene la suerte de pared blindada.

No hay dudas de ello. Nosotros somos, algunos nos dudan. Otros nos olvidan buscan eliminarnos pueden que lo logren ellos mismos puede que se lo pierdan. Nuestra misión de quitarles los pelos a de a montones sin que lo puedan evitar eso es lo que nos seduce. Maldita suerte parece que solo esperamos poder ser concreto, cagar, coger, comer, morir. Sí de eso se trata, la “rubia de barracas” se llena para mi de moscas hay que tirarla a la basura.

Mientras los nazis debatían pensando en la muerte, el pincel se caía. No se crea y se destruye todo a la vez es una y una inexorablemente

1 comentario:

Anónimo dijo...

nadie va a leer eso