05 mayo 2010

El vientito de otoño, ese que no deja saber si la cortina golpea, o es él, que llegó, (o el alma del perro tocando la puerta).
La nariz roja y fría de ella, las manos lastimadas y los labios violetas y agrietados de él, (y el beso que deja que todo se olvide).
No importa si es, a la vuelta de la iglesia, en el paredón de atrás de la cancha, sentados en el banco de la plaza (dejando que los vean los nenes que salen del jardín), los abrazos fuertes, y lindos existen, (con el tapadito gigante de lana de ella, o la rompevientos exagerada de él), el contacto siempre está, las lágrimas, y el tiritar de ella, (nunca falta).
Y se preguntan por qué el pibito de ojos verdes se les para adelante todos los miércoles, y se los queda mirando (ellos piensan, que no falta nunca el paquete de bizcochitos, que él agarra del banco, le saca dos y se va), mientras el perro le olfatea la mano, o le chupa la cara, con el hocico frío y mojado, como la tarde, la mañana o quizás la noche, en que ellos estén, nuevamente, sentados, o parados, en algún lado, rozando las mejillas en medio de un beso, riéndose de las orejas calientes de él.

2 comentarios:

Lena dijo...

Noo, es muy lindo, está lleno de imágenes bellas que me desesperan, me gustó y me hizo reir el hecho de que hace unos días escribí una cosa acerca del otoño en el que se corta un jazmín, y lo quería subir pero parecía que me había robado tus palabras. (comentario al margen de todo)


Erasun Jazmín. Eras alguien que creaba imágenes bellísimas.

Jazmín dijo...

Jaja, es terrible, lo leí hace un ratito el tuyo(debería haberlo comentado, me encantó) y me hizo arder la nariz el hecho de que tus mocos tristes cayeran.
Gracias, Lena, terrible asociación la tuya y dilema mental (jazmín-otoño-poema) (yo creo que muchos van a tener el mismo dilema de otoño.
Te veo mañana en la evohéparty.