09 mayo 2010

Mierda

La calle de su casa, la casa de su calle, el perro de un vecino, el vecino de un perro, el reloj de arena, la arena del reloj, el grito de la tristeza, la tristeza del grito, los sueños de un insecto, los insectos de un sueño, y nada más que un conjunto de contradicciones, negaciones, difamaciones y otras palabras que también terminan en “ciones”. Conjunto de lluvias y de primaveras muertas.


Mierda. Fue lo primero que dijo cuando abrió los ojos, no supo por qué, no supo a quién, mierda.

Le picaba el brazo, y las rodillas, la cama temblaba (o acaso temblaba él). El perro dormía, la ventana estaba cerrada, la puerta entreabierta, el techo alto, el piso mugriento, la palabra mierda en el aire, la última sílaba en sus labios. El perro ladró entre sueños.



Ferezeben

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