09 junio 2009

Evasión

El sexo sangra.
Los ojos, gélidos.
Sos como un árbol,
cuyas ramas esperan
ser acariciadas por el cálido viento.

Estático.
Perversamente estático.
El agua recorre tu cuerpo desnudo.
No la sentís.
No podés verla.
Pero marca tu existencia, que es todo, y no es nada.
Y en ese instante maldecís cada segundo,
Cada mirada, cada palabra.

¿De qué sirve tu ser, mi ser, nuestro ser, el ser?
Átomo en fisión.
La demencia ganará esta vez.
Sentís el aire, sos libre.

Perros que aúllan:
¿qué más da, si siempre lo han hecho?
A medianoche, hilos carmesí recorrerán tu cuerpo,
tejiendo una realidad que jamás podrás ver.

¡Iluso!
Marchitas las flores de tu huerto están,
por haber precipitado tu fin.

2 comentarios:

Lena - Cocotúoc dijo...

Ya he dicho que esto me parece lo mejor de lo que he leído de tu autoría, Facu.

j. dijo...

me gustó mucho. MUCHO.