Y ahora me preguntas que era eso.
Y el tiempo fue
esconderse adentro
de un zapato de gamuza rojo
y escuchar el viento,
besar el rocío,
callarse los ruidos,
y escuchar el viento.
Entonces
un gorrión
entonces
tu cuello,
centenario de bichos-bolita
refugio del aroma
lupa de ombligos,
para asomar el ojo,
al menos un poquito,
pero para hacerlo gigante
y convertirlo en humedad,
de éstas nubes amarillas,
de ésta minúscula pendiente
de esta falta de cometas
de éste zapato al que todavía no le llegan
los soles/las margaritas
tu gesto de primer mañana.
5 comentarios:
No quiero pecar de chupamedias pero me fascina todo lo que escribís. Y qué bueno y oportuno el hecho de que nombres a los bichos-bolita, y esto lo digo porque han vuelto, luego de un par de años de haberse ausentado. ¿Dónde estaban? Yo creí que se habían extinguido, pero no: allí están por todas partes.
Como siempre, me gustó el final "tu gesto de primer mañana".
(Ah, y que vuelvan los bicho-canasta)
Y los bichos-luz
¡de luz digo, de luz!
Freddie dice acá atrás: "está lleno de bichos de luz en mi casa, y son bi-chi-tos"
INSOPORTABLE EL PIBE.
PD: si, sos genial, las zarpando a cada momento. Es un gran placer leerte y saberte compañera del arte (allí dentro está la vida)
qué lindo. como una cadena de objetos para asomar el ojo escondido.
"Entonces
un gorrión
entonces
tu cuello"
no llegue a escuchar tu lectura el otro dia,por esa razon te estoy chusmeando ahora.
Muy bueno, me encanta como escribis.Sobre todo me gusto este.Espero que andes muy bien agus...y dale para adelante con el piano,es un isntrumento tan hermoso:) me gustaria escucharte algun dia igual ee..y gracias por el halago,que el otro dia no llegue a agradecerte bien ..igual,ojala!! jajaja..donde estas estudiando?
un besoo
lau
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